El acuerdo que la Diputación de Bizkaia y Lakua y la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York deben firmar para renovar el acuerdo de gestión que, desde 1991, rige la explotación del Museo Guggenheim de Bilbo, volvió a ser recordado ayer en las Juntas Generales de Bizkaia de cara a que las instituciones vascas aborden su renovación en base a prioridades, objetivos y criterios que gocen del mayor consenso político y social posibles.

Los grupos políticos representados en las Juntas Generales (PNV, Bildu, PSE y PP) coincidieron en la necesidad de elaborar los criterios en base a los 18 años del acuerdo anterior (16 años de funcionamiento del museo) para, en la medida de lo posible, mantener el éxito de público y los beneficios económicos que este reporta a la ciudad, a Bizkaia y a la CAV.

La presencia de artistas vascos tanto en la colección propia del museo bilbotarra como en el de Nueva York y la interpretación de los datos ofrecidos por la diputada de Cultura, Josune Ariztondo, fueron dos de los puntos donde se evidenciaron las diferencias de matiz y criterios de cada grupo juntero.

La diputada foral de Cultura, Josune Ariztondo, explicó en su comparecencia en la Comisión de Cultura y Euskara del Parlamento de Bizkaia, a petición del PP, que la «propuesta-borrador» deberá recoger la vocación del Guggenheim-Bilbao Museoa por «reinventarse, manteniendo su reconocimiento internacional como institución cultural de excelencia». La diputada subrayó que el reto de las instituciones vascas es «extraordinario» y que la renegociación del contrato de gestión antes del 31 de diciembre de 2014 «nos abre la oportunidad de seguir contando con una infraestructura cultural estratégica de primer nivel».

«Sin complejos»

La portavoz de EHBildu Irune Soto, emplazó a Ariztondo, a renegociar sin complejos el convenio de gestión del Guggenheim ya que según señaló, «la Fundación Solomon R. Guggenheim hizo un gran negocio con nosotras, porque estaban a las puertas de una quiebra financiera gracias a las pretensiones del Sr. Director Krens».

Soto aprovechó también para valorar como negativos los datos que la diputada facilitó sobre la cantidad de obras de autores vascos y vascas, así como los datos de asistencia de público local.

Tras oír las explicaciones de Josune Ariztondo, Soto criticó «la unilateralidad del PNV» y que no se hayan definido los intereses a defender en la negociación con todos los agentes implicados. «Los intereses culturales de este país deberíamos debatirlos entre todos», defendió. Además, planteó si después del desembolso económico que nos ha costado a todos los ciudadanos y ciudadanas el museo, no deberíamos cuestionar la privacidad del mismo.