No le duelen prendas para reconocer que «creía que las cosas estaban mejor gestionadas», en lo referente a la labor que han realizado sus antecesores en el cargo. Del mismo modo que tampoco tiene pelos en la lengua para calificar de «actuación equivocada» el que el Gobierno de Navarra no dejase claro que su relación con el club era un patrocinio, «y no una ayuda o subvención».

Se cumple un año de su llegada al cargo, ¿qué balance realiza de este periodo?

Ha sido un año muy bonito, de una gran motivación y muy complicado, en el que ha habido que reconducir muchas cosas y atender otras que no lo estaban. Y el resultado al final es satisfactorio, en lo deportivo y en lo económico.

¿Se ha encontrado con una situación del club peor de la esperada?

Realmente sí, en lo que se refiere al apartado económico y en el contenido de algunos contratos que no he entendido y a los que ha habido que hacer frente.

¿Considera, entonces, que sus antecesores no dirigieron esta entidad como deberían?

No quiero decir eso, pero sí es cierto que creía que las cosas estaban mejor gestionadas.

Y ahora ha llegado la etapa de la tijera, ¿no le molesta ser el malo de la película?

No soy el malo de la película, soy el que está haciendo lo que no hay otra. Es decir, esto es lo que hay que hacer, sacar la tijera y recortar porque, de lo contrario, luego nos vamos a quedar sin papel que recortar.

Los recortes han llegado a todas las instancias del club, también a Tajonar, ¿se resentirá la producción de nuevos talentos?

No, en absoluto. Estoy convencido de que las cosas no son en función de cantidades, sino en función de calidad, así que los talentos no tienen por qué estar ausentes de Tajonar, que seguirá dando buenos jugadores. Tenemos algún futuro esperanzador de lo que representan en este momento cadetes y juveniles. Ha habido que hacer una reforma estructural y de fondo muy importantes para que las cosas se recondujesen a otras líneas de actuación más propias de lo que siempre ha sido Osasuna.

¿Supone esa nueva filosofía y metodología de trabajo que la que se estaba aplicando hasta ahora era equivocada?

Si la que ahora vamos a aplicar es la acertada, ya lo veremos dentro de unos años. Desde luego, si la modificamos, es por pensar que, si no equivocada, no nos parecía la más correcta y que debíamos seguir. Queremos recobrar unas señas de identidad que las teníamos un poco olvidadas.

Con la que está cayendo, ¿cobra todavía más sentido exprimir mejor lo que hay en casa?

No nos queda otra, por la situación económica, número de socios y habitantes de una comunidad pequeña, apoyo o no institucional... Todo ello redunda en una estructura que debe acomodarse a esa situación para que haya futuro.

¿Confirma que el presupuesto de la 2013-2014 va a ser similar al de la campaña pasada?

Sí, pero con la diferencia de que el control del gasto va a ser mucho mayor y lo será todavía más el siguiente año. Cuando un club como el nuestro lleva 14 años seguidos en Primera División, tiene una inercia en el gasto por estructura que se desborda por encima de las posibi- lidades y hay que reconducir esa situación.

La gran mordida de esas cuentas son los sueldos de plantilla y cuerpo técnico. ¿Se están poniendo las pilas respecto a la nueva coyuntura económica?

Su comportamiento del año pasado fue satisfactorio para el club, aunque no todos los jugadores participaron, pero sí la gran mayoría. Cuesta porque, aunque son conscientes de que la calle está muy alejada del mundo burbuja en el que ellos viven, al final están metidos en un círculo de deportistas de élite, con sus contactos, fichas y sueldos.

Hablando de sueldos, ha defendido que miembros de la junta directiva cobren por su trabajo. ¿Se va a plantear esta compensación económica en la próxima asamblea del club?

Lo primero que debe quedar claro es que ningún directivo cobra nada, ni por dietas ni en concepto de contraprestaciones por sus servicios, lo único que se cobra son los gastos de desplazamiento por acudir a algún acto. Esa obsesión por la gratuidad, que no está en los estatutos, ni la entiendo ni la comparto, pero son las reglas del juego y hay que asumirlas. Por eso, la junta directiva no va a presentar ninguna propuesta en sentido contrario en la próxima junta de compromisarios.

A la vista del trasiego en las oficinas, parece que la nueva política de precios de abonos y entradas ha cuajado entre la afición. ¿Era algo ineludible de acometer?

Desde un punto de vista financiero, teníamos que haberlos subido y no bajado, pero consideramos que reducir un 15% acercaba al club a la realidad social que viven sus socios. La televisión financia a los clubes, pero también resta asistencia, al igual que los horarios, por eso era necesario recuperar una masa social joven. Nuestra propuesta está siendo muy exitosa y a mí particularmente me hace mucha ilusión que un niño se sienta orgulloso de llevar en su bolsillo la tarjeta de Osasuna.

El compromiso de la entidad que preside por abonar la deuda que tiene con la Hacienda Navarra parece firme, pero ¿habrá suficiente caja para afrontarlo?

Es un compromiso ineludible y lo estamos llevando a cabo, aunque es cierto que las arcas del club se resienten por esa importante aportación. Debe saberse que Osasuna, del 1 de junio de 2012 al 1 de julio de 2013, ha ingresado en las arcas de la Hacienda Foral más de 13 millones de euros entre IRPF, IVAs y aplazamientos.

¿Qué tiene que decir a quienes consideran que Osasuna es un club subvencionado con dinero público?

Pues que esa imagen que tenemos es fruto de una actuación equivocada del Gobierno de Navarra cuando en julio pasado se anunció desde el Departamento de Políticas Sociales que quedaba anulada la ayuda, cuando en realidad no era tal, sino la suspensión de un patrocinio. Nadie ha corregido ni aclarado la gran diferencia entre ambos conceptos, cuando creemos que eran las instancias institucionales quienes tenían la obligación de hacerlo.

¿Da por perdido el impago de dicho patrocinio con el Gobierno de Nafarroa? ¿Se va a tomar alguna medida más drástica para tratar de cobrarlo?

El patrocinio es algo histórico y lo doy absolutamente por perdido por cómo se han planteado las cosas, tras un largo año de silencio y sin un posicionamiento claro del Gobierno de Navarra. Hemos sido prudentes manteniendo toda la temporada el estadio con el nombre de Reyno de Navarra, pero la temporada que viene será de nuevo El Sadar. En cuanto al impago, Osasuna no está para poner demandas, y menos a las instituciones navarras.

Aparecen casos de clubes en vías de desaparición, descensos administrativos... ¿Osasuna corre peligro?

No, en absoluto.

¿Le van a favorecer al club rojillo las nuevas medidas de control económico que está impulsando la Liga de Fútbol Profesional?

Creo que vamos a salir reforzados, aunque este mundo del fútbol es difícil de entender porque sufre más el que intenta hacer las cosas bien que el que las hace mal. Resulta que un club que ha salido de una situación concursal está en mejor disposición para hacerse con un jugador que nosotros. Por eso, si hay una reglamentación sólida y, sobre todo, rigurosamente aplicada, estaremos cuando menos jugando de igual a igual.

¿Le ha llegado la denuncia policial por los hechos ocurridos en los aledaños de El Sadar antes del Osasuna-Getafe?

No, los expedientes administrativos llevan una tramitación lenta, pero seguro que lo recibimos tarde o temprano. Tengo que decir que niego rotundamente que cogiese a un policía por el brazo. Bajé de mi despacho con la intención de mediar y de que una fiesta no se convirtiese en una algarada.