MAÑANA ARRANCA EN LA CAV
El copago golpea a los sectores más desfavorecidos
Mañana entrará en vigor el repago farmacéutico en la CAV. Las personas con ingresos superiores a 18.000 euros anuales lo notarán en sus bolsillos, pero los principales perjudicados serán los pensionistas, los parados y los inmigrantes. Estos últimos podrían llegar a pagar el cien por cien.
Ion SALGADO
El copago o repago farmacéutico llega también a la CAV. Tras su implantación en Nafarroa hace ya doce meses, el Real Decreto Ley 16/2012 hará mañana su entrada triunfal en las boticas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Con la colaboración del Gobierno autonómico, a su pesar según afirma, la polémica medida del Ejecutivo de Mariano Rajoy se ha impuesto a la voluntad social mayoritaria. Una población dividida en subgrupos que en su mayor parte no saben cuánto deberán pagar por sus medicamentos. A la preocupación de las personas ocupadas, que deberán abonar una determinada cantidad en función de lo que hayan cobrado en el año 2011, se suma la incertidumbre de pensionistas, parados e inmigrantes, principales afectados de una ley que, según sus promotores y defensores, busca garantizar la viabilidad del sistema sanitario.
Este argumento no sirve a Armando Aulestiarte, miembro de Pentsionistak Lanean. Rechaza la entrada en vigor de una norma «muy negativa» por su afección a la cartera de los jubilados. Aquellos que cobren menos de 18.000 euros anuales, la mayoría, tendrán que abonar un 10% del precio real hasta alcanzar un máximo mensual de 8, 14 euros; los que cobren entre 18.000 y 100.000 podrán pagar un máximo de 18,32 euros; y los que declaren más de 100.000 euros, a quienes pocas dificultades económicas se puede atribuir, estarán sujetos a un límite de 61,08 euros mensuales.
Partidos derechistas y autoridades de Madrid y Gasteiz no se cansan de repetir que la cuantía que deberán pagar los pensionistas es irrisoria, llegando a comparar la aportación mínima con la compra de seis barras de pan, tal como hizo el consejero de Salud de Lakua, Jon Darpón. Pero las asociaciones de jubilados alertan de las consecuencias que tendrá la aplicación del copago en la vida de muchas personas. El propio Aulestiarte destaca que en Euskal Herria hay pensionistas que cobran menos de 1.000 euros mensuales, así como viudas y viudos –exentos de copago– abocados a vivir con 700 euros al mes. «Si a esto le añadimos que en los dos últimos años se han rebajado las pensiones un 5% y que deberemos pagar el precio integro de 417 medicamentos porque se les ha quitado la cobertura de la Seguridad Social... pues esta medida es la gota que colma el vaso», añade.
También desconfía de las compensaciones anunciadas por el Gobierno de Iñigo Urkullu, que el pasado jueves alcanzó un acuerdo con el PSE para «arbitrar, a la mayor brevedad y en el uso de su capacidad de autogobierno, medidas de compensación para todas aquellas personas cuyos ingresos sean inferiores a 18.000 euros anuales y se encuentren en situación objetiva de enfermedad y de necesidad». A su parecer, estas iniciativas solo son «parches» provocados por «la contestación masiva de la ciudadanía».
Este pensionista reclama que el Gabinete jeltzale se plante ante el Decreto de Ley diseñado por Madrid y apuntalado por el Tribunal Constitucional español, que el pasado mes de diciembre suspendió un decreto autonómico que tenía por objeto impedir la implantación del repago en la CAV. «El PNV se tiene que plantar y no ser la correa de transmisión del Gobierno español. Tienen que darle la vuelta a estas políticas; atender las necesidades de las ciudadanía, que son muchas; y ver de dónde se saca el dinero, no de dónde se descuenta», señala con enfado Aulestiarte mientras defiende la implantación de un sistema de salud «propio, público, universal, gratuito y de calidad» en Hego Euskal Herria. «Eso es los que exigimos», se reafirma.
De este modo, no se agravaría la situación de muchos jubilados, que deberán pagar por sus medicinas y por las de sus allegados. Hay otro factor añadido: la crisis económica se ha traducido en un aumento enorme del desempleo, y ha hecho que muchas familias recurran a las pensiones de los mayores para poder afrontar el día a día. «Se están convirtiendo en un colchón para la gente que no trabaja. En aquellas familias en las que los hijos están en paro se reparte una parte del salario. Se solidariza en la misma familia y se convierte en un colchón», avisa.
Parados con subsidio, a pagar
Esta situación no es ajena para la Asamblea de Parados de Gasteiz, que rechaza la aplicación un decreto con dos caras. Apunta que el copago no será inocuo para todas las personas desempleadas, tal como sostienen sus promotores, que destacan la inclusión de las personas desempleadas sin subsidio entre los colectivos exentos de pagar sus fármacos. Y es que aquellos que cobren un subsidio o una prestación sí deberán pagar por sus medicamentos en función de los ingresos declarados en el año 2011. Se trata de una situación irracional en opinión de Pedro Abellán, portavoz de los parados gasteiztarras, que critica que se les haga abonar sus medicinas a personas que en realidad cobran cantidades ínfimas.
«Encima que estas parado, encima que te pagan una miseria y encima que te están poniendo multitud de trabas para poder acceder a un subsidio, te hacen pagar. Me parece que es atacar a la gente que peor estamos. Es absolutamente negativo», denuncia Abellán. Reclama, al igual que Aulestiarte, una sistema de salud gratuito que acabe con la privatización progresiva de la sanidad. «Jon Darpón, que viene de la empresa privada, pretende favorecer a la patronal sanitaria y farmacéutica. El copago es una parte más del robo que se está haciendo con la privatización de la sanidad», sostiene.
A su juicio, la puesta en marcha del repago –con el que, según el PSE, Lakua puede recaudar hasta 34 millones de euros anuales– demuestra que el PNV «es una partido de derechas que trata de beneficiar a la patronal y los empresarios. Esta norma va contra los pensionistas y los parados. Quieren robarnos a nosotros para dárselo a una minoría, a los ricos. Es Robin Hood al revés».
Inmigrantes, un año exigido
Los colectivos citados por Abellán no serán los únicos en sufrir de primera mano el cobro de las medicinas. El repago también repercutirá sobre las condiciones de vida de las personas inmigrantes, que en caso de no llevar empadronadas por lo menos un año, deberán pagar el precio total de los medicamentos, el cien por cien. La presidenta de Munduko Medikuak, Teresa Maura, afirma que la nueva norma exige este requisito para poder tener un acceso «normalizado» a la sanidad pública. «Y esto es una barbaridad, porque si no tienen tarjeta sanitaria los inmigrantes deberán pagar los medicamentos al completo. Espero que haya gente con cierta sensatez y sanitarios que sean capaces de desbloquear eso. El consejero dice que va haber asistencia universal para todos, pero, la verdad sea dicha, el sistema de copago viene así: te empadronas un año, y después tienes derecho a tarjeta sanitaria (TIS)», detalla.
Maura espera que el Ejecutivo autonómico ponga en marcha las medidas necesarias para que en la CAV no se den casos como el acaecido hace dos meses en Palma de Mallorca, donde un inmigrante senegales falleció de tuberculosis porque no tenía la TIS. «Tendrán que pensar en las personas inmigrantes, tendrán que pensar en las personas en situación de prostitución, en las personas sin techo y en los enfermos mentales, que no pueden ir de aquí para allá para hacerse la tarjeta. Tendrán que agilizar las cosas y hacerlas de una manera efectiva», reclama.
Antes de finalizar, Maura introduce otra reflexión general sobre el uso de los fármacos. Subraya que «ha habido un situación en las que se ha gastado muy alegremente, se ha vivido con muchas medicinas. Pero el problema es que no se ha educado a la gente. Ni nos hemos educado los sanitarios, ni hemos educado a la población en un consumo responsable».