A. BILBAO-K. OTAMENDI

Gasteiz no suele cazar ingenuos por la noche con sus temperaturas agazapadas bajo la sombra del sol; sin embargo, siempre hay mortales que aún no le han cogido el truco a la meseta, como una amplia pandilla de simpáticos andaluces que se había acercado hasta Azkena Rock, poco menos que en chanclas, para ver a Black Crowes en especial. Cientos de kilómetros de viaje bien aguantado, buen rollete con el sol, felices con su acampada, pero canutas cuando el sol dio puerta y la brisa ladeo los árboles de Mendizabala. Con todo, iniciado el concierto salieron de su letargo para lanzarse a la pista asfaltada al calor del ritmo. Tampoco extraña, porque si eres seguidor de los Crowes y te sueltan el conciertazo del viernes no puede haber interferencia sutil que te amargue la fiesta.

The Black Crowes lleva una vida irregular. En sus casi 25 años han sido dinámicos, pero también irregulares: paradas, descansos, carreras en solitario y reencuentros. Si se compara la actuación de M Clan con Black Crowes, existe ligazón, la distancia es tan enorme que es como si cuatro japoneses pretendiesen cantar flamenco puro.

Los Crowes estuvieron espléndidos, casi inmensos. Rich Robinson tiene una clase tocando la guitarra que abruma, es un detallista, un buscador del sonido sureño que cabalga fuera de lo previsible. Además, el recién incorporado Jackie Green, de Salinas, California, demostró ser otro guitarrista espectacular. Green tiñó en diferentes ocasiones el sonido de Black Crowes en una seria aproximación al sonido de la Allman Brothers Band. Los dúos de guitarra, los duelos, se los cenaba Chris Robinson con movimientos de mano muy al estilo de Joe Cocker en su juventud. El vocalista también recuerda las artes vocales del soberbio Steve Marriot, la voz de los inolvidables Humble Pie. Marriot murió a los 44 años en 1991, pero los Robinson es muy posible que hayan escuchado a los Pie. En su actual gira están realizando unas cuantas versiones. En ARF el turno fue para «Feelin' alright», compuesta por el elegante guitarrista inglés Dave Mason cuando era parte de Traffic.

The Black Crowes dejaron para el bis «Hush», canción popularizada a finales de los sesenta por Deep Purple cuando eran sicodélicos, aunque la canción tiene cientos de versiones y pertenece en composición a Joe South. Sonaron a demás «Twice as hard», la apertura, «Sting me», «Goodmorning captain», Good Friday», «By your side», la popular «She talks to angels», «Jealous again», «Remedy» y un par más.

Cabezas de cartel: ¿The Black Crowes? o ¿The Smashing Pumpkins? Bicéfala noche, pero cabezón para los Pumpkins, quienes a lo largo de los noventa consiguieron notables éxitos tanto por el costado alternativo como por el comercial, ya que canciones como «Tonight tonight», «Bullet with butterfly wings» (ambas sonaron en Mendizabala) o «1979» consiguieron entrar en las radio fórmulas. No obstante, nunca fue ese el objetivo de Billy Corgan, ya que su trabajo se basa en los álbumes y en un sonido lejano a lo estándar.

Tras la ruptura de la banda en 2000, las cosas no le fueron muy bien. Con el regreso en 2005 tampoco han ocurrido cosas trascendentales o a la altura de los noventa. «Oceanía» es un disco que nos convence, pero la mayoría de los seguidores del pasado viernes, no se mostraron muy entusiastas con los títulos aportados al set. En realidad, salvo los clásicos, fue un concierto raro, sin excesivo feedback con el público. Corgan quiere abarcar demasiado espectro musical, divaga estilísticamente, con lo que despista a la audiencia. En Gasteiz sonó «Space oddity», de Bowie, la versión fue tan desafortunada que muchos no se enteraron o mostraron indiferencia ante semejante homenaje. Y siguiendo la tradición de bajista femeninas, desde 2010 Nicole Fiorentino (ex Veruca Salt, Spinnerette...) es parte de los Smashing. También está en la banda The Cold and Lovely junto a Megham Toohey, con un primer disco conseguido mediante microcréditos. Fiorentino estuvo muy sobria y, después de todo, fue un concierto intenso, singular.

Sábado amargo

A la altura de Orozko una cigüeña cruza el cielo. En la misma vertical de Mendizabala una enorme rapaz revolotea: ha debido oler las salchichas. El sol baja con Loctite y pimienta. A Heaven's Basement ya les hemos olvidado. De Trouble Horse recordaremos unos días a sus dos guitarristas. Si Los Zigarraos cantaran en inglés, no entenderíamos su contratación para Azkena, muy flojos. JJ Grey & Moffro prometían con su southern rock y soul funk, pero fueron de más a menos. Ni siquera la gruesa y expansiva voz de su vocalista palió el medio fracaso. Uncle Acid resultó ser un grupo del montón doom/stoner soso con un mal vocalista. La jornada solo puede arreglarla Gov't Mule, pero aún resta una hora para que salga a escena..