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El espíritu de trabajo en equipo del Orica, la clave del éxito de su impulsor

El Orica GreenEdge vivió ayer el día más feliz de su corta pero exitosa historia con su segundo triunfo en el Tour y su primer amarillo. Fue el mejor premio a Gerry Ryan, el empresario que se marcó el objetivo de tener un equipo australiano en el Tour basado en el trabajo en equipo.

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Joseba ITURRIA

La historia del Orica-GreenEdge nace el 25 de julio de 2010, cuando el hombre de negocios Gerry Ryan vio en una tribuna de los Campos Elíseos el final del Tour y se preguntó por qué no había un equipo que representara a Australia en la carrera. Llamó a Shayne Bannan, máximo responsable del ciclismo australiano, y le preguntó qué presupuesto se necesitaba para tener un equipo World Tour. Le dio la cifra de diez millones de euros y Ryan decidió avalar 30 para garantizar tres años y encomendó a Bannan la tarea de sacar un equipo en 2012 con el apoyo del oiartzuarra Neil Stephens, director técnico del proyecto.

Durante 2011 reclutaron a buena parte de los mejores australianos que se encontraban desperdigados en otros equipos y, sin un gran presupuesto ni grandes líderes, pusieron en la carretera un conjunto con unos valores colectivos inspirados en la filosofía de Ryan. «Se trata de ser capaz de trabajar juntos, en equipo, con el espíritu de familia como lo hago en todas las organizaciones en las que estoy involucrado. Los ciclistas son una familia en la carretera, deben vivir juntos. Es un gran viaje desde el momento en que se levantan hasta que se van a la cama. Es importante durante ese tiempo que todos trabajen juntos para asegurarse de que puedan prepararse para el día siguiente», decía Ryan a la hora de explicar una filosofía que ayer le hizo vivir un día inolvidable.

Fue la mejor de las 56 victorias que lleva el Orica en año y medio en el pelotón muy repartidas entre muchos corredores. Nadie podía pensar nada parecido cuando se creó el equipo. Se estrenaron en el World Tour con una victoria en la primera vuelta en casa, el Down Under, y en la primera gran clásica, Milán San Remo, y desde entonces no han parado de ganar hasta conseguir ayer el triunfo más importante de su corta historia y el que más ilusión produce a su alma mater, porque Gerry Ryan siempre ha dado gran importancia al trabajo en equipo.

Un empresario apasionado del ciclismo

A eso achaca el éxito de la empresa Jayco, que factura 270 millones de euros anuales con la venta de 10.000 unidades de caravanas, otros vehículos y casas portátiles. Comenzó en 1975 en un trabajo que pensaba que solo le iba a llevar dos meses y a los tres le nombraron capataz y a los seis jefe de producción. Tenía solo 22 años, fue de viaje de estudios a Estados Unidos y volvió con unas ideas novedosas que no aceptaron sus superiores y así se decidió a montar su propio negocio en un pequeño taller.

En 2005 le pidieron 115.000 euros para crear un dinosaurio con una grúa y tres años más tarde ya tenía doce millones de presupuesto y un espectáculo que ha recorrido todo el mundo. La suya es la tercera empresa del espectáculo más grande del planeta.

Es lo que lleva camino de hacer en el ciclismo. Su primera incursión como patrocinador fue en 1992 para ayudar a Kathy Watt, que le pidió 10.000 euros para entrenarse en altura en las Montañas Rocosas en Colorado. Con esa preparación ganó la medalla de oro de fondo en carretera en los Juegos de Barcelona: «Invertí 10.000 euros en su entrenamiento y logró una medalla de oro. Así que pensé, ¡qué gran inversión! Era la primera australiana en ganar una medalla de oro en carretera. Así que creó un poco de historia», contaba en una entrevista.

Impulsado por ese estreno exitoso, Jayco ha sido el sponsor del ciclismo australiano en las últimas décadas y hasta el año pasado patrocinó un equipo continental. Su apoyo a la Federación ha convertido a Australia en la segunda potencia en pista en los Juegos de Londres detrás de la selección británica y acaba de anunciar su apoyo a un programa para seguir esa línea hasta Río 2016. Pero se marcó el objetivo de que Australia también triunfara en la ruta e impulsó el Orica GreenEdge, que también cuenta con un equipo femenino de primer nivel.

Ha conseguido victorias en las principales pruebas del mundo y tiene claro cuál es su próximo objetivo, tener un corredor capaz de ganar una gran vuelta. En los dos primeros años del equipo ha apostado por un tipo de corredor rápido y contrarrelojistas y para los próximos quiere aspirar a desarrollar en Australia el modelo del Sky.

Recordaba que el equipo inglés en su primer año solo ganó seis carreras y entre los jóvenes que baraja para crear un corredor de grandes vueltas como Bradley Wiggins ya cita los nombres de Lucas Durbridge, Cameron Meyer y Jack Bobridge. Por de pronto ya empiezan a fichar corredores para la montaña. Visto el éxito que le acompaña en todo lo que hace, no puede sorprender que en poco tiempo un equipo australiano pueda ganar el Tour. Todo lo que toca Ryan triunfa.

«Somos nueve amigos fuera del pelotón y se deja ver en la crono»

«Somos nueve amigos fuera del pelotón y eso se ha dejado ver en la contrarreloj. Las dos victorias son fruto del trabajo muy duro de todo el equipo y estoy muy orgulloso. En la crono hemos dado un paso más, porque todo el equipo estuvo implicado. El maillot es una bonificación suplementaria, dijo Simon Gerrans tras su triunfo.

Destacó que «desde que se creó el equipo hemos logrado unas 50 victorias, pero haber ganado en el Tour es el objetivo supremo y el maillot amarillo es maravilloso. No nos esperábamos esta victoria, no éramos favoritos, pero sabía que tenemos grandes rodadores, muy fuertes y potentes. Nuestra táctica fue dejar que los relevos más largos los dieran los mejores rodadores, Lancaster, Meyer, Tyft y O'Grady. Sabíamos que si lo hacíamos así estaríamos cerca. El amarillo es un gran honor porque hay muy pocos ciclistas que lo hayan vestido y trataremos de defenderlo». GARA

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