GARA > Idatzia > Kultura

UDATE

El «todo incluido» llena de turistas el encierro; mañana pueden superar el 70%

p062_f03_18496.jpg

p062_f04_52574.jpg

Ramón SOLA | IRUÑEA

Un sondeo realizado el pasado año a pie de calle por el Ayuntamiento de Iruñea arrojó un resultado que se intuía, pero que no deja de sorprender por su contundencia. El 60% de las personas que estaban en el recorrido del encierro venían de fuera del Estado español, o sea, eran turistas. Y más del 60% participaba por vez primera -y muchas veces también por última- en la carrera.

Denominarles corredores del encierro sería excesivo en muchos casos, dado que la mayor parte se limita o bien a lanzarse hacia la Plaza nada más abrirse los cordones de seguridad, con lo que ni siquiera ven los toros, o justo a lo contrario: contemplar el paso de la manada refugiados en algún portal.

Siempre según esa encuesta, solo un 15% de quienes a las 8.00 están entre Santo Domingo y Estafeta son corredores habituales. Otro 24% se pone ante los toros a veces. Y más del 60% no lo había hecho nunca. Un 63% dijo que había dormido antes de echarse a la calle y declaró que sabía que podía morir. El otro tercio iba de gaupasa y/o con poco conocimiento del tema. Un 2% «carecía de cualquier información sobre los peligros del encierro».

La clasificación por edades ratifica el peso creciente de los turistas jóvenes entre el encierro. El 80% de los encuestados tenía entre 18 y 35 años. Apenas un 1% superaba los 55 años, cuando en Iruñea es bastante habitual que corredores clásicos sigan saltando a la calle después, como Víctor Arricitiva, corneado el pasado 7 de julio a los 73 años, o Fermin Etxeberria, fallecido hace diez años a los 63.

Sangría, cerveza y encierro

El low cost sanferminero alimenta este tendencia. Empresas como Stoke Travel o Topdeck ofrecen paquetes muy similares: por unos 50 euros al día, jóvenes ansiosos de juerga (estadounidenses, australianos y británicos en su mayoría) tienen acceso a un «todo incluido» consistente en pernoctación en camping (Zarautz se lleva la palma), traslado a Iruñea, kit básico de ropa sanferminera, «cerveza y sangría sin límite», y la guinda: correr el encierro.

Muchos de ellos, por tanto, arribarán hoy mismo a Iruñea a mediodía, para el chupinazo, y se echarán a Mercaderes o Estafeta veinte horas después. Solo tras el encierro llegará la hora ir a dormir... o de seguir la farra en el camping.

Repasando las consultas a Stoke Travel o Topdeck quedan claras las dificultades de todos estos jóvenes para ubicar a Iruñea, y no digamos ya el encierro. Hay desde quien pregunta si existe autobús directo desde Marbella hasta quien se interesa por si queda lejos ¡Croacia! Se trata siempre de grupos grandes, auténticas manadas, en ocasiones de más de un centenar de personas.

Teniendo en cuenta que estas promociones se centran en los dos días de arranque sanferminero, y sumando la coincidencia con el fin de semana que atraerá a otros muchos visitantes estatales, se puede prever que mañana más de un 70% de las personas apiladas en el recorrido del primer encierro serán turistas. Enfrente tendrán a seis Alcurrucén de más de 500 kilos lanzados a todo trapo.

Los que van por libre

Al perfil más clásico del guiri embebido por la fiesta, muchos de ellos retirados del recorrido por la Policía Municipal y Foral, se le suma otro buen número de turistas foráneos más tranquilos, pero igualmente desconocedores de los riesgos de la carrera. Aquí encaja el corredor que protagonizó la secuencia más sobrecogedora de 2012.

Un toro llamado ``Angelón'' lo enganchó en el callejón de bajada a la Plaza de Toros por el pañuelo que Keiju llevaba colgado al cuello, y lo llevó en volandas hasta justo la entrada del ruedo. Fueron 60 metros angustiosos, con el asta a unos centímetros de la cara y a merced del bicho.

Solo necesitó una pequeña cura, y luego se perdió su pista hacia Ikeda, una ciudad japonesa de 100.000 habitantes de la que es natural. Su camino hacia Iruñea, donde renació, no podía ser más enrevesado: llegó realmente desde Egipto, donde estudiaba Filología, al parecer solo y con una pequeña mochila.

Sus circunstancias recuerdan a las de Matthew Peter Tassio, muerto desangrado tras una cornada letal en la Plaza del Ayuntamiento en 1994. Tenía 22 años, era estudiante de ingeniería eléctrica, llegó desde Illinois (Estados Unidos) y corría su primer encierro. Pero en este caso no volvió a casa. Le costó la vida un error que difícilmente hubiera cometido un corredor que conociera la carrera: levantarse al paso de la manada en vez de quedarse tumbado en el suelo tras haber sufrido una caída.

En los últimos años, las cogidas de turistas resultan cada vez más frecuentes. Aunque cierto es también que los percances mortales se han cebado en corredores expertos y que arriesgan más, como el madrileño Daniel Jimeno en 2009, el citado Fermin Etxeberria en 2003 o el joven atleta José Joaquín Esparza en un montón en 1977.

3-4 personas por metro

El encierro es desde hace años una auténtica manifestación. El Ayuntamiento hizo un estudio usando tecnología punta hace dos años, y la conclusión fue que la media de personas acumuladas en la carrera rondaba las 3.000, aunque con importantes oscilaciones (desde los 3.600 del día más concurrido a los 1.600 del más calmado).

Teniendo en cuenta que entre los corrales de Santo Domingo y los de la Plaza median 840 metros, y restando los primeros 50 a los que no llegan los corredores, se concluye que en cada metro de asfalto hay entre tres y cuatro personas, obligadas a compartir con seis inmensos toros un túnel de apenas nueve metros de anchura media.

 
Iruñeko Sanferminak

Los paquetes turísticos para mochileros anglosajones ofrecen por 50 euros noche de camping y 24 horas de juerga, que incluye cerveza y sangría sin límites, y de postre, encierro

Solo un 63% de los foráneos dice saber que puede morir, cifra que se eleva al 99,7% en el caso de los participantes habituales. Y pese a ello, solo un turista ha muerto en el encierro; el joven Mathew Peter Tassio en 1994

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo