Los inversores pasaron por caja después de la fuerte subida del jueves, sin refrendar la buena evolución del mercado laboral en Estados Unidos. Por tanto, los síntomas de reactivación económica al otro lado del Atlántico, por leves que sean, se están convirtiendo, paradójicamente, en un obstáculo para que las bolsas puedan escalar posiciones. Durante junio se crearon 195.000 puestos de trabajo, una cifra superior a la prevista. Sin embargo, la tasa de paro no se movía del 7,6%. Por otra parte, dentro del Estado español la deuda se mantenía bajo control, con la prima de riesgo por debajo de los 300 puntos y la rentabilidad del bono muy alejada del 5%. Así las cosas, los inversores europeos aprovecharon el tirón propinado por Draghi en la víspera y recogieron una parte de los beneficios acumulados en la semana. Pese a este recorte, el Ibex sube un 1,36% en los últimos cinco días, y reduce la caída anual al 3,66%. El próximo lunes partirá desde los 7.868,40 puntos, tras ceder ayer un 1,67%. Del resto de índices europeos sorprendió el correctivo de Fráncfort (-2,36%), que le lleva a presentar incluso un saldo semanal negativo. Por su parte, Londres bajaba un 0,72%, y París, un 1,46%. Dentro del Ibex, despuntaban las caídas de Santander (-2,64%) y BBVA (-2,44%), aunque el más castigado fue ArcelorMittal (-3,16%). También retrocedía FCC (-2,49%), después de ganar un 13,91% el jueves. Por el contrario, Sacyr (+3,56%) y Mapfre (+1,22%) lideraron las ganancias. En el Cac, los peores fueron Schneider (-3,08%) y Michelin (-2,98%), mientras que Legrand (+1,48%) registraba el mayor repunte.