CRíTICA kalealdia Cromosomas artísticos
Cromosomas artísticos
Carlos GIL ZAMORA
Una propuesta minimalista en espacio, en recurso físicos y materiales, pero cargada de matices, de agudeza, «Qué raro, ¿verdad» de los andaluces «Hermanos inconfundibles» consiguen darle la vuelta a la mirada y todo lo que se manifiesta como fruto del orden, de lo establecido, ellos lo ven como raro, por lo que la rareza se convierte en lo normal, lo bueno. Lo hacen con buena técnica y mucha facilidad comunicativa.
Desde Francia, «Systême Paprika», con una especialidad que está teniendo mucha fortuna como son espectáculos itinerantes en donde la música, incluso clásica, se expresa en un contexto romántico en sus formas, especialmente con artilugios móviles muy elaborados e historiados pero con elementos de humor y buscando una participación con los públicos. Cumple perfectamente con los requisitos del género.
Pero en al primera sesión sucedieron dos cosas excepcionales. La primera es un espectáculo mostrado en el Arenal, fuera del programa, pero que tiene que ver con las actividades paralelas, como son los talleres, que hicieron un espectáculo final, en donde desgranaron una historia bien estructurada, con mensajes y algunos números realmente sorprendentes. Con una estética de ruina, de excluidos, de pobres, utilizando cartones y materiales de deshecho lograron una interesante muestra práctica como fin de trabajo.
Y la segunda es el espectáculo ofrecido en la noche a cargo de «Subliminati Corporation», su «Le Cabaret subliminal», un trabajo que viene con bandera francesa, pero que es una equipo de jóvenes artistas de circo, de mucha s nacionalidades, que todos muestran a las claras su capacidad técnica, su excelencia, sobrecogedora en ocasiones, que nos sirve además para ver una muestra palpable de la evolución del mundo del clown, sin nariz roja evidente, que nos indica del lugar en donde se está situando el mejor circo actual, es decir, contando historias, sin palabras, como una aparente sencillez para hacer números realmente dificilísimos y siempre dentro de un contexto, una dramaturgia referencial, pero que en cada ejecutante se descubre un nivel muy alto y que en su conjunto nos dan una magnífica sensación, de contemporaneidad, de belleza, de sentido del humor sin estridencias, de participación desde una empatía física, pero también emocional. Uno de los grandes espectáculos del circo actual, encantador, asequible, cercano, humano, pero de una dimisión artística descomunal.