Poco después de que varios presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) arroparan al presidente de Bolivia, Evo Morales, y exigieran un pronunciamiento de la ONU y una petición de perdón de Europa por cerrar su espacio aéreo al avión del mandatario, el Gobierno boliviano anunció que la Cancillería pedirá explicaciones a los embajadores francés, español e italiano y al cónsul general portugués. Morales, que dijo estar «indignado» por el trato que recibió del embajador español en Viena, Alberto Carnero, aseguró que «no me temblará el pulso para cerrar la Embajada de EEUU».

La ministra boliviana de Comunicación, Amanda Dávila, explicó a Efe que los representantes diplomáticos europeos serán convocados la semana que viene por cuestión de tiempo ya que la Cancillería estuvo volcada los últimos días en la preparación de la reunión de urgencia de la Unasur.

También quiso aclarar que si en un primer momento el ministro de Exteriores, David Choque- huanca, agradeció a Madrid su actitud frente a la mostrada por París, Lisboa y Roma, fue porque todavía no se había producido la intervención del embajador español en Viena, que quiso subir personalmente al avión para comprobar que a bordo no estaba Edward Snowden, el extécnico de la CIA que reveló el espionaje masivo de EEUU y es reclamado por Washington por espionaje, y que tanto indignó a Morales.

El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, señaló que su Gobierno no tiene que pedir disculpas a Bolivia e insistió en que su país nunca negó ni bloqueó la escala del avión de Morales ni cerró su espacio aéreo, aunque admitió que «nos dijeron que (Snowden) estaba dentro». Por eso, afirmó que la Unasur mezcla conductas que «no son similares» al exigir disculpas a los cuatro estados europeos implicados en el desplante a Morales.

En el documento aprobado en la reunión de presidentes suramericanos, los jefes de Estado de Argentina, Bolivia, Ecuador, Surinam, Uruguay y Venezuela reunidos en Cochabamba exigieron a la ONU y demás organismos internacionales que se pronuncien ante esta violación de los tratados internacionales y de la inmunidad diplomática de Morales y reclamaron disculpas públicas a los estados europeos implicados.

Denunciaron la «flagrante violación» de los tratados internacionales que supuso ese acto «insólito y hostil», así como «el atropello y las prácticas neocoloniales que aún susbisten».

Intento de bloqueo

La intención de La Paz de celebrar una cumbre presidencial extraordinaria de la Unasur -finalmente reunión de presidentes- no fue posible porque se requiere el consenso de todos sus integrantes y «algunos» se opusieron, según denunció el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien criticó ese intento de bloqueo. «Si Unasur no responde a esto, ¿a qué respondemos?», se preguntó.

Correa, que instó a sus homólogos a manifestarse de forma contundente, tachó de «tremendo agravio» lo sucedido y añadió que el hecho de que Snowden viajara o no en el avión de Morales no es razón para poner en riesgo su vida. Defendió que un jefe de Estado «puede transportar a quien quiera» en su avión, «lo que pasa es que el derecho internacional y la seguridad jurídica que tanto invocan es solo para cuando les conviene».

Tanto él como el presidente de Uruguay, José Mujica, defendieron el carácter «sagrado» del derecho de asilo y el deber de protegerlo. «Parece que hay potencias que quieren aplicar una especie de terrorismo político sobre el derecho de asilo que defendemos todos los luchadores», mantuvo Mujica, quien reclamó que los países de América Latina no sean tratados como «párvulos» o como «colonias».

Mujica pidió a Europa que dé la cara ante su error -«equivocarse es ley de vida»- y asuma «con humildad» su responsabilidad. Y en parecidos términos, su homóloga argentina, Cristina Fernández, instó a los países implicados a «que pidan perdón alguna vez en su vida por lo que han hecho».

En un acto con organizaciones sociales anterior a la reunión de la Unasur, Evo Morales insistió en responsabilizar a EEUU del trato que sufrió el martes en Europa y sostuvo que «no necesitamos Embajada de EEUU en Bolivia. No necesitamos so pretexto de cooperación, de relación diplomática, que vengan desde afuera a conspirar desde adentro».

«A mí no me temblaría la mano para cerrar la Embajada de EEUU», subrayó.

Bolivia y EEUU no tienen relación a nivel de embajadores desde 2008. Ese año Morales expulsó al entonces embajador en La Paz, Philip Goldberg, -a lo que EEUU respondió con la expulsión del representante boliviano- tras acusarle de conspirar contra su Gobierno. Ese año y por el mismo motivo fue expulsada del país andino su agencia antidroga DEA y en mayo de este año, la agencia para el desarrollo (Usaid).