Novak Djokovic -número uno- y Andy Murray -número dos- disputarán la final de Wimbledon 2013, un encuentro deseado por los aficionados y que se ajusta a la lógica del favoritismo, pero para cuya disputa fue necesaria una generosa ración de esfuerzo de los dos tenistas ante unos rivales que les plantaron cara con energía.

Una buena demostración de ello fue que una de las semifinales -la que disputaron Djokovic y Del Potro- alcanzó tintes históricos, ya que fue la de más larga duración en la historia del torneo -cuatro horas y 43 minutos-, superando a la que hubo en 1989, cuando el alemán Boris Becker eliminó al entonces checoslovaco Ivan Lendl.

Así, Djokovic tuvo que emplearse a fondo ante un maltrecho Del Potro, cuyos problemas de rodilla no parecieron ser impedimento para presentar batalla hasta forzar el quinto set. El argentino levantó hasta dos pelotas de partido en la cuarta manga y se metió en el bolsillo al público de la pista central. Sus obuses a 210 kilómetros por hora fueron la mejor tarjeta de presentación del gigantón.

El número 1 del mundo se las vio y se las deseó para devolver semejantes misiles, pero su mejor situación física fue permitiéndole desequilibrar la balanza de su lado. En el quinto y definitivo set, el serbio consiguió doblegar una vez más a Del Potro al resto y puso en franquicia el pase a su segunda final de un Grand Slam este año.

No fue tan complicado el pase para Andy Murray, pero no estuvo exento de esfuerzo ante el sorprendente Jerzy Janowicz, número 24 en el ránking de favoritos del torneo. El tenista polaco vendió cara su derrota e incluso se permitió el lujo de ponerse por delante en la primera manga, merced a un apretado 7-6, que le obligó a apretar los dientes a su rival escocés para impedir la campanada.

A partir de ese momento, Murray se centró y comenzó a ofrecer su mejor tenis, lo que posibilitó que rompiese el servicio de su oponente en los dos siguientes sets, anotándose a su favor sendos 4-6, que le pusieron muy favorable la eliminatoria. El héroe local finiquitó a su adversario en el cuarto de manera más sencilla, con un 3-6 definitivo.