golpe de estado en egipto
Los Hermanos Musulmanes desafían en las calles la represión militar
Miles de islamistas retaron en las calles de Egipto al golpe de Estado para reclamar la vuelta del derrocado presidente Mohamed Morsi. La jornada de protesta dejó varios muertos en choques con manifestantes anti-Morsi, así como por tiroteos de las fuerzas armadas. El líder de la hermandad musulmana, Mohamed Badie, anunció que permanecerán en las calles.
GARA | EL CAIRO
Decenas de miles de personas participaron en las movilizaciones en El Cairo y otras ciudades egipcias para defender la legitimidad del derrocado presidente Mohamed Morsi, en el que denominaron «viernes del rechazo», desafiando el golpe del Ejército y la represión desatada contra los Hermanos Musulmanes, muchos de cuyos líderes habían sido detenidos y sus medios clausurados.
Enfrentamientos con manifestantes favorables al golpe y con el propio Ejército dejaron al menos ocho muertos en todo el país.
Los islamistas dejaron clara su intención de no ceder ante el golpe que les ha expulsado del poder y defender su espacio político. Pero los grupos que han respaldado el derrocamiento de Morsi también salieron a las calles y en El Cairo ocuparon la plaza Tahrir.
Aunque el grueso de las respectivas concentraciones se mantenían en calma, al caer la noche estallaron enfrentamientos en el puente octubre 6 de Octubre, próximo a Tahrir, donde los manifestantes se estaban agrediendo con piedras y bengalas, así como disparando balines en algunos casos. Al menos dos muertos se registraron antes de la medianoche en estos choques.
Allí irrumpieron los tanques de los militares, que habían advertido en un comunicado previo de que protegerían a los manifestantes «pacíficos» de toda «provocación o ataque», y de que no tomarían partido por ningún bando. Pero sobre algunos de los vehículos blindados iban numerosos manifestantes contrarios a Morsi.
El Ejército dispara
Unas horas antes, en una de las concentraciones, en la capital egipcia, al menos cuatro manifestantes fueron abatidos frente al cuartel de la Guardia Republicana en el que se encuentra retenido Mohamed Morsi. Las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes, aunque un portavoz del Ejército aseguró que los soldados solo dispararon balas de fogueo y gases lacrimógenos.
Cientos de partidarios de los Hermanos Musulmanes, organización de la que procede Morsi, habían marchado desde la concentración de la mezquita de Ciudad Nasser hacia este cuartel en los alrededores de la capital, donde se encuentra retenido Morsi.
Algunos se acercaron al cordón policial y colocaron una foto de Morsi en una alambrada, pero un soldado la quitó a continuación y la rompió. La multitud insultó a los soldados y algunos les mostraron su zapato, un gesto tradicional de insulto.
Fue entonces cuando los militarse abrieron fuego y lanzaron gases lacrimógenos, desatando el pánico. Aun así, Una hora después, cientos de manifestantes seguían en las inmediaciones. Algunos portaban imágenes de Morsi. Por su parte, los soldados mantenían sus posiciones detrás del alambre de espino mientras helicópteros militares sobrevolaban regularmente la zona.
Aunque se creía que estaba detenido, en la concentración apareció el líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, que confirmó que defenderán su espacio en la vida política. «Permaneceremos por millones hasta que llevemos al triunfo a nuestro presidente electo», anunció el guía islamista, que negó haber intentado huir del país, como divulgaron fuentes castrenses.
«El golpe de Estado militar no es válido», añadió, repitiendo el lema coreado por la multitud. «Digo a nuestro gran Ejército, `no disparéis al pueblo'. Nuestra revolución es pacífica y lo seguirá siendo si Dios quiere. Nuestro pacifismo será más fuerte que las balas y los tanques», añadió. «Las detenciones, la cárcel, nada nos disuadirá», aseguró ante la ola de detenciones que ha llevado a cabo el Ejército tanto de dirigentes de los Hermanos Musulmanes como de su Partido Libertad y Justicia.
«Ya hemos derrotado un régimen militar y no lo aceptaremos de nuevo», advirtió, mientras los helicópteros militares sobrevolaban a baja altitud.
Por último, cargó contra el jeque de la Universidad de Al Azhar, Ahmed al Tayyeb, y el papa copto, Tawadros II, que solicitaron la celebración de elecciones presidenciales anticipadas y respaldaron el golpe. «Ya no puedes seguir hablando en nombre de los musulmanes», dijo a al Tayyeb. «Papa Tawadros, usted es también un símbolo pero no puede seguir hablando en nombre de los coptos», añadió.
Enfrentamientos entre los partidarios de Morsi y los de las nuevas autoridades y las fuerzas del orden se extendieron por la capital y por el país.
Al menos una persona murió en Alejandría y otra en Asiut, y hubo también disparos del Ejército en Ismailiya. El Ejército también disparó para dispersar a partidarios de Morsi que atacaban oficinas aduaneras.
En la provincia de Beheira se produjeron al menos seis heridos y en Suez.
Ataques en el Sinaí
Por otra parte, la península del Sinaí fue escenario de varios ataques armados, y las autoridades egipcias impusieron el toque de queda en las localidades de Sheij Zuweid y Rafá, cerca de la frontera con Israel.
Unas horas antes, al menos cinco agentes de la Policía egipcia murieron en la localidad de El Arish, ubicada en la península, tras ser tiroteados frente a un edificio gubernamental. Además, un grupo de islamistas armados atacaron un aeropuerto en esta misma ciudad.A última hora un grupo tomó la sede del gobernador e izó su bandera.
Al menos 20 yihadistas han fallecido en la península en enfrentamientos registrados entre milicias y las fuerzas de seguridad tras la caída de Morsi.
La Fiscalía egipcia puso en libertad al presidente del Partido Libertad y Justicia, Saad al Katatmi, y a uno de los principales responsables políticos de Hermanos Musulmanes, Rashad Bayumi, que fueron detenidos el jueves.
Las autoridades egipcias liberaron al director de la rama egipcia de la cadena de televisión qatarí Al Jazeera, Ayman Gabalah, tras el pago de una fianza de 10.000 libras egipcias (1.100 euros), así como a uno de sus ingenieros. Los militarse cerraron el jueves otros tres canales de televisión.
El presidente interino, Adli Mansur, disolvió por decreto el Consejo de la Shura, la Cámara Alta del Parlamento y nombró un nuevo jefe de los servicios de Inteligencia.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, denunció que ni la UE ni otros países occidentales hayan calificado de «golpe de Estado» la intervención militar. «Donde sea, un golpe contra un Gobierno elegido es malo y se dirige contra el pueblo», dijo.
La Unión Africana (UA) suspendió ayer a Egipto de todas sus actividades en este organismo y acordó enviar una delegación de alto nivel a El Cairo para «trabajar por la restauración del orden constitucional», después de que el Ejército derrocara al presidente electo del país, Mohamed Morsi. Según la organización panafricana, la suspensión es la respuesta usual de la UA a cualquier interrupción del orden constitucional en uno de sus estados miembro. «Como ordenan los instrumentos pertinentes de la UA, el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana ha decidido suspender la participación de Egipto en las actividades de la UA hasta la restauración del orden constitucional», informó el secretario de dicho consejo, Admore Kambudzi. El Gobierno egipcio «lamentó profundamente» la suspensión. «La decisión de la UA fue tomada en función de informaciones que no guardan relación con la realidad», aseguró. La presidenta de la Comisión de la organización continental, Nkosazana Dlamini-Zuma, añadió que la restauración del orden constitucional se efectúa cuando se convocan unas elecciones en las que todos pueden participar libremente y «quien es elegido por el pueblo egipcio ostenta el poder». Así, Egipto, al igual que Guinea Bissau (golpe de Estado en 2012), República Centroafricana (2013) y Madagascar (2009), queda apartado de la organización hasta su vuelta al «orden constitucional». Por su parte, la ONU eludió comentar la decisión de la UA y volvió a pedir calma y diálogo en Egipto ante la «creciente violencia» tras el golpe militar. «Estamos al tanto de la creciente violencia y reiteramos nuestro llamamiento a la calma y la no violencia, diálogo y moderación», señaló un portavoz de la ONU, Farhan Haq. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, solicitó a las autoridades interinas que especifiquen los cargos contra los miembros de la Hermandad Musulmana detenidos en las últimas horas o si no que los liberen. «No debería haber más violencia, más detenciones arbitrarias, no actos ilegales de venganza», señaló Pilay en un comunicado, en el que mostró su «preocupación por la detención de varios líderes de la Hermandad». GARA
El jefe del Gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, pidió ayer mantener la fe en la primavera árabe tras el derrocamiento de Morsi en Egipto. «No temáis por la causa palestina ni por la resistencia ni por Gaza. Egipto está detrás de nosotros, como todos los países árabes e islámicos», afirmó Haniyeh, que aseguró que, frente a la tristeza que puede asaltar a los palestinos, las primaveras árabes seguirán y alcanzarán sus objetivos. Por otro lado, Hamas anunció que las autoridades egipcias han cerrado de forma indefinida y hasta nuevo aviso el paso de Rafah, en el sur de la franja de Gaza, tras el deterioro de la situación de seguridad en la península del Sinaí. El paso es la única salida de la franja de Gaza que no controla Israel, que bloquea el territorio palestino desde hace seis años. GARA