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Desolación y preocupación en Quebec por el grave accidente de tren del sábado

El número de víctimas mortales tras el descarrilamiento y posterior explosión de un convoy que llevaba petróleo a su paso por Quebec ascendió ayer a cinco, aunque 40 personas seguían desaparecidas. El crudo, además, cayó en un río que pasa por el centro de Lac-Mégantic.

GARA | MONTREAL

El saldo de muertos por el descarrilamiento y explosión de un tren que transportaba petróleo a su paso por un pueblo de Quebec subió a cinco, al tiempo que bajó a 40 el número de personas desaparecidas, según el último balance hecho público ayer.

«Fueron hallados otros dos cuerpos, lo que sube a cinco el número de personas muertas encontradas entre los restos» de la catástrofe, dijo el portavoz de la Policía de Quebec, Michel Brunet, quien agregó que aún «hay al menos 40 personas sobre las que no se tiene noticia» en Lac-Mégantic, de 6.000 habitantes. Un balance del sábado hablaba de 80 desaparecidos.

«Será una catástrofe. Lo sabemos», admitió a Radio Canadá Maurice Bernier, intendente de la región de Lac-Mégantic.

El descarrilamiento, explosión e incendio del tren de vagones cisterna destruyó parte del centro del pueblo. «Había por lo menos 50 personas en el bar» de Lac-Mégantic, dijo un bombero que retornaba del lugar de la catástrofe y pidió el anonimato. «Ya no queda nada», advirtió. Una ola de petróleo encendido arrasó el edificio, explicó.

Mariette Savoie, una residente, afirmó haber visto «un muro de fuego» levantarse en la noche y que «arriba de todas las tiendas de la calle principal, había apartamentos. Todos los que estaban allí no pudieron salir».

Las operaciones de búsqueda de los desaparecidos comenzaron en la madrugada de ayer.

El accidente obligó a la evacuación de cerca de 2.000 personas, además de afectar unas 40 construcciones del poblado.

«Estoy muy afectado, horrorizado por la noticia. Lamentablemente, queda claro que hubo pérdida de vidas humanas, aún sin conocer todavía el alcance» de la catástrofe, declaró la noche del sábado el primer ministro canadiense Stephen Harper desde Calgary, en el oeste del país.

«Mis pensamientos y oraciones van hacia la gente de Lac-Mégantic. Querría ofrecer mis condolencias a las familias de las víctimas», agregó.

La primera ministra de Quebec, Pauline Marois, expresó su «sentimiento de profunda desolación» tras sobrevolar la ciudad afectada y observar «todos esos edificios incendiados». «Sentí tristeza por toda esa gente afectada por esta catástrofe y por un centro urbano que ha quedado destruido», subrayó.

Los incendios provocados por la serie de detonaciones que siguieron al siniestro no pudieron ser controlados totalmente hasta 36 horas después del accidente, y las autoridades continuaban esperando la llegada de más espuma ignífuga desde Estados Unidos.

sin conductor

El tren, de la compañía The Montreal Maine & Atlantic Railway, contaba con cinco locomotoras y 77 vagones y transportaba cien toneladas de petróleo desde Dakota del Norte. El convoy paró para cambiar de equipo de conducción y, por razones que se desconocen, «comenzó a avanzar, a moverse en la pendiente que lo conducía hacia Lac-Mégantic», a pesar de que los sistemas de freno estaban activados.

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