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UDATE | Iruñeko Sanferminak

Maya intenta dar una imagen de normalidad tras lo ocurrido en txupinazo y procesión

El primer edil se debatió entre destacar que «la situación es parecida a la del año pasado» y resaltar que el retraso del cohete «ha marcado negativamente estos dos días de fiesta» o que es «intolerable que no se pueda atravesar la calle Curia con normalidad» en la procesión.

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GARA | IRUÑEA

El balance del inicio festivo por parte del alcalde de Iruñea, Enrique Maya, no pudo estar más marcado por la bipolaridad. De una parte, intentó vender una imagen de «normalidad» ante los medios -«la situación es parecida a la del año pasado», aseguró-, pero no pudo esconder su disgusto ante la colocación de una ikurriña gigante instantes antes del txupinazo o el mal trago que le tocó pasar en la procesión cuando esta ascendió la calle Curia.

En esa ambivalencia por tratar de vender la imagen de una ciudad idílica -los Sanfermines son puro desorden, no nos olvidemos, y ahí está su magia- y su escasa capacidad por encajar la justificada crítica de la ciudadanía en temas como las dietas irregulares de la CAN, el rector municipal tildó de «lamentable» lo ocurrido el día 6 y de «intolerable» su particular calvario hacia la Catedral.

En cuanto a lo primero, advirtió que «estamos encima del tema para poder conocer quiénes son y cuál pdría ser el delito, ya que es un tema muy serio de seguridad», mientras que respecto a lo segundo, censuró a quienes manifestaron su protesta porque «este grupo no conoce lo que son las fiestas de San Fermín, estamos representando a la corporación municipal y de esa manera insultan a todos los pamploneses». Maya avanzó la posibilidad de alargar el Pobre de Mí veinte minutos.

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