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Un espectador sufrió un infarto ante una secuencia espeluznante

«Encierro de infarto» es un tópico que ayer se hizo realidad. En la Plaza de Toros, cerca de 15.000 personas sufrieron la angustia y la impotencia de ver formarse el montón y la posterior colisión con los astados. Una de ellas incluso padeció un infarto de miocardio por la impresión.

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R.S. | IRUÑEA

El ambiente de fiesta, y de gaupasa generalizada, que envuelve a los encierros en la Plaza de Toros se trocó ayer en segundos por una penetrante angustia. De hecho, además de los diecinueve lesionados por el montón, otra persona tuvo que ser atendida al haber sufrido un infarto de miocardio debido al shock producido por la imagen.

Solo las generaciones más veteranas de espectadores habían visto in situ un accidente similar, ya que en los años 70 se produjeron varios consecutivos. Luego, la apertura de gateras para huir en el callejón (en 1975, tras la muerte de Gregorio Gorriz) y otra serie de reformas habían reducido el riesgo.

Habitualmente, la entrada de los toros en la Plaza y su llegada a los corrales se convierte en un visto y no visto que apenas pasa de 15-20 segundos. Pero ayer fue un minuto de formación de montón y dos más hasta que se deshizo. Curiosamente, los más afectados fueron los mozos que habitualmente son silbados al llegar al coso por correr lejos de los toros. Quienes sí llegaban más cerca de las astas quedaron subidos encima de ellos.

Estas ocho imágenes reflejan cómo se inicio todo, cómo pasaron esos 120 segundos dantescos y cómo quedó el escenario después de que los toros escaparan por el callejón, tras lo que el montón se deshizo ya en cosa de pocos segundos. Una secuencia espeluznante en ocho pasos.

1

Los corredores se empiezan a amontonar cuando la manada aún está lejos. En la mitad derecha se observa la puerta cerrada, y cómo hasta cinco mozos intentan saltarla sin conseguirlo debido a la falta de sitio.

2

El montón se ha formado irremediablemente y llegan los morlacos a toda velocidad. El primero golpea con estrépito contra el bloque humano, pero milagrosamente nadie sufre el impacto de los pitones.

3

Siguen llegando toros y mozos por el callejón. Muchos se quedan en la pared al constatar que no pueden pasar. El toro jabonero (blanco), paradójicamente llamado ``Malicioso'', simboliza la calma de los Fuente Ymbro: tras caer, ni siquiera se levanta.

4

Hasta nueve reses -cuatro toros y cinco cabestros- presionan contra la pared humana sin poder traspasarla. No hay forma de escapar hacia adelante, solo hacia atrás.

5

La situación queda absolutamente bloqueada durante decenas de segundos angustiosos. El oxígeno empieza a escasear. Nadie sabe cómo resolver el montón. Los intentos de sacar a los corredores tirando de ellos resultan inútiles.

6

Se decide cerrar la puerta del callejón para impedir que las reses retrocedan. Y se empieza a abrir un claro en la parte derecha, hacia el callejón interior, por donde escaparán segundos después.

7

Dos cabestros logran saltar por encima de los jóvenes y entrar en el ruedo. El resto de los morlacos empieza a empujar hacia el callejón interior, cada vez con más fuerza, hasta que definitivamente salen por ahí.

8

El montón ya es historia. Los heridos han sido evacuados a toda velocidad, y sobre la arena quedan decenas de zapatillas, otras ropas y periódicos. Los corredores atrapados intentan recuperar el aire y la calma.

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