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Las República centroafricana, abandonada a su suerte, roza la emergencia humanitaria

Tres meses después de que la coalición de grupos armados Séléka tomara el poder en la República Centroafricana, el país ha sido abandonado a su suerte y se halla al borde de una emergencia humanitaria, mientras la comunidad internacional se muestra una vez más como un testigo indiferente.

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Desde el golpe de estado del pasado mes de marzo, la República Centroafricana (RCA) está inmersa en la inestabili- dad política y, arguyendo falta de seguridad, las agencias de las Naciones Unidas y muchas ONG han retirado todos su personal a la capital, Bangui, lo que deja a la mayoría de la ciudadanía centroafricana sin ayuda y abandonada a su suerte, según ha denunciado Médicos Sin Fronteras (MSF) en un informe. De acuerdo con este, la población de la RCA ha sido abandonada justo en el momento en que más ayuda necesita, por lo que la ONG reclama a la comunidad internacional que asegure en el país las condiciones que permitan prestar ayuda de emergencia a los necesitados.

Durante la ofensiva de la coalición de grupos armados, los hospitales y los centros de salud fueron saqueados y el personal médico huyó a la capital. Sin médicos, medicamentos o material sanitario, la mayoría de la población en RCA no tiene acceso a la atención médica. Todo ello en un país que ya se encontraba en una crisis médica crónica antes del golpe de Estado, con tasas de mortalidad muy por encima de los niveles de emergencia en diferentes regiones.

Enfermedades prevenibles y desnutrición son comunes, así como la malaria, la enfermedad que causa más muertes. Los equipos de MSF aseguran estar viendo números alarmantes de casos de malaria, un 33% más elevados que el pasado año. «Encaramos uno de los peores años en cuanto a impacto de la enfermedad», dice Ellen van der Velden, coordinadora general de MSF en RCA.

La huida del país del presidente, François Boazizé, cuyo puesto ocupó uno de los líderes de Séléka, Michel Djotodia, unida a la desbandada de las fuerzas de seguridad del Estado han dejado en el país un gran vacío en materia de seguridad. La falta de seguridad es uno de los problemas que afrontan la población civil y también quienes proveen ayuda médica y humanitaria. La inseguridad y los ataques a las ONG y agencias humanitarias y de desarrollo de Naciones Unidas han reducido su presencia en el país, cuando no lo han abandonado. Así, las necesidades de la población son tan acuciantes que se requiere mucha más ayuda.

La dotación de fondos es, asimismo, otro de los impedimentos para la provisión de ayuda humanitaria en el país. Del total de fondos demandado por ONG y agencias de las Naciones Unidas para lidiar con la crisis en RCA, solo se ha hecho disponible un 31%.

«Prioridad» en las agendas

Por eso, MSF llama a la comunidad internacional -Naciones Unidas, Unión Europea y Unión Africana- a situar a la RCA como una «prioridad» en sus agendas y a apoyar a este país «tan frágil». MSF, además, hace un llamamiento a la comunidad humanitaria a que mantenga su apoyo la RCA a pesar de la situación de inseguridad y de inestabilidad política y de que se destinen los recursos necesarios para afrontar la crisis médica y humanitaria que asola al país.

Igualmente, reclama del Gobierno de transición su compromiso de ayudar a la población necesitada y de que garantizará «en lo posible» las condiciones de seguridad necesarias para que las organizaciones humanitarias provean asistencia a la población.

Dos días antes antes de la presentación del informe «República Centroafricana: ¿abandonada a su suerte?» por parte de MSF, cinco ONG -Acción contra el Hambre, Médicos del Mundo, Primera Urgencia de Ayuda Médica Internacional, Solidaridad Internacional y la propia MSF- ya arremetieron contra «la insuficiente presencia de Naciones Unidas sobre el terreno y la falta de financiación por la gran mayoría de los proveedores de fondos», ya que algunos «condicionan sus eventuales financiaciones a la reinstauración de la seguridad», algo que consideraron «tan incomprensible como inaceptable». Estas ONG incidieron, además, en la amenaza de escasez de alimentos tras las malas cosechas de 2012 y en la merma de las reservas -como las de medicamentos- en el país, saqueadas a menudo por nómadas o por los rebeldes de Séléka.

El nuevo representantes de Naciones Unidas en la RCA, Babacar Gaye, advirtió, no obstante, al régimen de Bangui, sumido en el caos tras la asunción del poder en marzo, de que toda ayuda internacional está condicionada a la lucha «contra la impunidad». A lo que el presidente transitorio, Michel Djotodia, respondió que se ha producido «un mejora significativa en la situación de seguridad. Incluso los más escépticos reconocen los esfuerzos realizados».

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