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Reportaje

Mollema y Ten Dam, escaladores que hacen soñar a Holanda

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AFP | GRIGNAN

La afición ciclista de Holanda sueña con revivir momentos de gloria en el Tour con los dos asombrosos escaladores del equipo Belkin, Bauke Mollema y Laurens ten Dam, que ocupan la segunda y la sexta plaza de la clasificación general, respectivamente, a falta de cinco etapas para el final de la carrera, y con los Alpes por delante.

La "Mollemania" se ha desatado en las últimas semanas en Holanda, donde el ciclismo es una religión. «Hace mucho tiempo que no teníamos corredores holandeses tan bien colocados en el Tour», destaca Nico Verhoeven, director deportivo del Belkin, la formación nacida de las cenizas del Rabobank.

Antes del inicio de la carrera, los seguidores holandeses confiaban en que alguno de los dos brillara en la carrera, pero no esperaban tanto. En la salida del Tour Bauke Mollema, designado como líder del equipo, solo contemplaba la posibilidad de meterse en el Top 10 para confirmar las expectativas que había despertado en los últimos años con su 12º puesto en el Giro 2010 y el 4º en la Vuelta 2011.

El año pasado en el Tour, donde compartía responsabilidades en Rabobank con Robert Gesink, se vio obligado a abandonar unos días después de haberse visto involucrado en la impresionante montonera que se produjo tras la caída a 25 kilómetros de la meta de Metz, en la 6ª etapa. «Esa caída le ha hecho perder un año en las grandes vueltas. Ahora ha vuelto a encontrar su verdadero nivel», apunta Verhoeven.

En la pasada primavera, Mollema siguió un plan especial de preparación en Sierra Nevada, a más de 2.000 metros de altitud, toda una novedad para él. Los frutos los recogió en la Vuelta a Suiza con un triunfo en la cima de Crans Montana y un segundo puesto en la clasificación general. En las últimas semanas ha rendido al nivel de los mejores escaladores del pelotón.

«Tendremos que ayudarnos»

«A mí siempre me ha gustado escalar, y he ido progresando de manera regular en la montaña. Desde el año pasado he ganado experiencia y también me entreno mucho en España, en la zona de Alicante (donde se instaló hace dos años)», explica el corredor de 26 años.

«También ha aprendido a ser un líder -añade Verhoeven-. Antes era tan tímido que no pedía nada, hasta que sus compañeros le dijeron: 'No nos corresponde a nosotros preguntarte lo que debemos hacer, eres tú quien debe decírnoslo'. Se ha mejorado en este aspecto en la Vuelta a Suiza y todavía más en el Tour».

Junto a Laurens ten Dam, seis años mayor que él, forman un dúo inesperado cuyas ambiciones se han revisado al alza, separados por solo 40 segundos en la general hasta el día de ayer -ahora la diferencia es de minuto y 40 segundos-. «Tenemos un nivel similar en la montaña. Esta última semana será dura, y tendremos que ayudarnos», comenta Mollema. «En el Mont Ventoux él me ayudó cuando yo no estaba muy bien y, si lo necesita, yo también le ayudaré».

A Ten Dam le gustan los puertos desde su infancia, cuando acompañaba a sus padres en vacaciones, con el bocadillo en el bolsillo, para medirse con ellos en las cuestas. Su mejor actuación personal en una gran vuelta fue la octava plaza final en la última Vuelta, que para muchos representó su cota máxima.

Pero tanto él como su equipo esperan poder verle mejorar ese récord en París, entrando en el Top 5, acompañado si es posible de Mollema en el podio. «Vamos a intentar que se queden juntos, como se les ha visto en el Ventoux -anuncia Verhoeven-. Así, ambos quedarán bien colocados en la clasificación general. Es nuestra mejor opción».

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