No parte de cero. Aunque apenas jugó la campaña pasada, Manu Onwu no cree que fuese un año perdido. «Aprendí muchas cosas, entre ellas, a entrenar con compañeros y un técnico de Primera», destaca el canterano en su estreno en la sala de prensa de Tajonar. Esta temporada, la situación puede variar, sobre todo a raíz de la lesión de Nino y la decisión de no cederlo a otro club.

Un préstamo que lo tenía prácticamente hecho con el Girona, dado que horas antes de que le comentasen que se quedaba en la primera plantilla ya había transmitido a su representante el parabién para recalar en el conjunto catalán. «Como en Primera no se está en ningún sitio porque es un privilegio estar en una de las mejores y más competitivas ligas del mundo», agradece por el cambio de opinión del cuerpo técnico rojillo.

Eso sí, el de Valtierra confía en que su permanencia en la disciplina del primer equipo venga acompañada de una mayor dosis de oportunidades. «No es complicado jugar más que el año pasado, pero el míster no te va a decir de cuántos minutos vas a disponer, eso habrá que ganárselo a base de trabajo. Está claro que lo que hice la temporada pasada no sirvió, así que habrá que intentar mejorar todo lo que pueda en el día a día», explica el delantero.

A su favor, que considera que ha mejorado en algunos apartados, como «en el aspecto táctico, de juego, de concentración, he aprendido cosas de los otros delanteros, movimientos, situaciones de partido... Antes corría por correr, ahora pienso más lo que tengo que hacer o hacia donde ir», señala con confianza.

Minutos en Holanda

Una fe en sí mismo y en sus posibilidades que no le impide ser consciente de la gran competitividad que existe en un puesto como el suyo. «Falta un delantero por venir y Osasuna ha fichado a Oriol Riera, al que le veo muy bien y que el año pasado metió 18 goles en Segunda. Pero confío en mí y trabajaré para ayudar al equipo», expresa.

Y las primeras oportunidades le van a llevar casi de manera inmediata. Los primeros encuentros en tierras holandesas de esta semana serán, a buen seguro, un buen test para evaluar las opciones del jugador ribero. «Jugamos contra equipazos como el Ajax o Twente y, si dispongo de minutos, tendré que aprovecharlos y decirle al míster que aquí estoy yo y que tengo un hueco en el equipo», confía.

De momento, como su compañero Roberto Torres, cuenta con la simpatía de la grada. «Es una pasada lo que nos escriben por las redes sociales y el apoyo que recibimos en la calle. Nos dicen que confían en nosotros, que sigamos trabajando y que merecemos más oportunidades. Estamos obligados a devolverles la confianza», promete.