El Gobierno chileno envió al Congreso un proyecto para reformar el sistema electoral binominal, heredado de la dictadura, con el que continúa su agenda renovadora, que incluye las leyes de primarias, de voto voluntario y de elección directa de consejeros regionales.

Aunque el proyecto entrará con suma urgencia al Senado para que sea debatido a partir de este miércoles, la reforma no entraría en vigor hasta 2017, por lo que no se aplicaría en las elecciones parlamentarias del próximo 17 de noviembre.

El sistema binominal vigente, que ha permitido a la derecha controlar la mitad del Congreso con poco más de un tercio de los votos, ha asegurado, con la excusa de la estabilidad, la pervivencia de la estructura política y económica diseñada por Augusto Pinochet.