Alta tensión en Azawad en vísperas de las elecciones presidenciales de Mali
Riesgos de atentados yihadistas, distribución incompleta de las papeletas electorales, voto incierto en todo el territorio y 500.000 refugiados y desplazados: los obstáculos para el desarrollo de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 28 de julio en Mali son muchos.
GARA | BAMAKO
La intervención extranjera en Mali iniciada por el Estado francés en enero con el pretexto de detener el avance hacia el sur de los grupos yihadistas y expulsarlos del territorio tuareg de Azawad, al norte del país, que controlaban desde hacía nueve meses ha cumplido prácticamente ese objetivo, pero sus comandantes admiten que el país «no está completamente estabilizado».
El temor es que los elementos llamados «residuales» de los grupos islamistas armados vinculados a Al Qaeda que ocuparon Azawad aprovechen la oportunidad de las elecciones presidenciales del próximo domingo para hacer llamar la atención en forma de atentados suicida como los que se han cometido en los últimos meses en Mali y también en el vecino Níger.
El Estado francés, Naciones Unidas y el régimen de «transición» instaurado en Bamako tras el golpe de Estado de marzo de 2012 han hecho hincapié en la necesidad de que los comicios abarquen la totalidad del territorio maliense, incluido Azawad, con el fin de que el presidente que salga elegido tenga la credibilidad indispensable de cara a la recuperación y reconciliación de un país profundamente dividido.
Una reciente ola de violencia dejó cuatro muertos y muchos heridos y daños en la región de Kidal, bastión de la rebelión tuareg y del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA), donde la retirada temporal de las autoridades electorales ha puesto en duda la celebración de las elecciones. Estos graves incidentes se produjeron a pesar de la firma en Uagadugu del acuerdo de paz entre el MNLA y el Gobierno de Bamako.
«Las tensiones y la violencia eran probablemente inevitables en Kidal, la firma del acuerdo no pone fin a los antagonismos y a la existencia de radicales en uno y otro lado», dijo a AFP Gilles Yabi, analista de International Crisis Group. «En la medida en que el acuerdo de Uagadugu es provisional antes de la apertura de un diálogo más amplio tras las presidenciales, el juego consistente en aumentar las apuestas no va a acabar», según Yabi, que agregó que «el impacto de los comicios y su credibilidad dependerá de lo que suceda en Kidal».
60% de las papeletas
Si la región de Kidal plantea más inquietudes, el riesgo es que algunas de las papeletas para los 6.830.000 votantes no sean distribuidas a tiempo en otras áreas. El 18 de julio, un documento oficial subrayaba que solo se habían distribuido cerca del 60% de las papeletas.
Y esa distribución no se refiere a 500.000 refugiados y desplazados internos que abandonaron sus hogares huyendo de la violencia. No está claro cómo ejercerán estos su derecho a voto, en particular en los inmensos campamentos de refugiados de Níger, Burkina Faso y Mauritania.
La cita electoral en pleno invierno en la región, caracterizado por intensas lluvias y en el sur y fuertes vientos y tormentas de arena en el norte, y durante el periodo de ayuno y meditación del Ramadán podría elevar la abstención.
Una delegación de la rebelión tuareg se reunió el domingo con el presidente interino de Mali, Dioncunda Traoré, en medio de las tensiones en materia de seguridad en la región de Kidal, en territorio tuareg, donde el domingo por la mañana se descubrió una bomba y varios agentes electorales fueron secuestrados durante varias horas el fin de semana.
Con el presidente Traoré «hablamos de paz, hablamos de reconciliación», indicó en nombre de la delegación Ibrahim Ag Mahmud Assaleh. «Hago un llamamiento a todos los hijos de este país (...) a trabajar por encontrar una solución a las recurrentes rebeliones», agregó.
Al encuentro asistieron siete miembros del Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) y del Consejo Superior por la Unidad del Azawad (HCUA), firmantes de un acuerdo de paz con el Gobierno de Mali el pasado 18 de junio en Uagadugu, capital de Burkina Faso. Ayer continuaron las discusiones para hacer seguimiento y evaluación de aquel acuerdo.
El MNLA tomó el control de Kidal en febrero de 2013, un mes después de la intervención militar francesa con el pretexto de combatir a las fuerzas yihadistas. GARA
La UE valoró los esfuerzos de las autoridades de Mali por garantizar el buen desarrollo de las elecciones presidenciales del próximo domingo e instó a todas las partes a asegurar que se celebren pacíficamente.