La fórmula «Euskadi en directo», o «España en directo», se utiliza, promociona y repudia con una frecuencia casi cíclica. Pongamos que la de ETB está de vacaciones y probablemente seguirá en setiembre, que tiene sus peculiaridades, pero que incide en un tipo de acercamiento informativo muy casual y que suple la inexistencia de otros formatos de cercanía. Los resultados están dentro de lo prudente, pero satisfactorios.

El caso de TVE es mucho más difícil de analizar. Lo acaban de retomar, con producción propia, pero en su primera semana no ha pasado de un cinco por ciento de audiencia lo que es un fracaso absoluto. Se recuerda que fue una fórmula que le dio muchos triunfos en aceptación, pero que era una producción externa que llevaba Mediapro, es decir Roures, es decir el coco por ser supuestamente el productor preferido por Zapatero, al que le dio una cadena, La Sexta y un periódico Público, además de otros negocios de mayor enjundia.

La fórmula es la fórmula, el coste es el coste. Y siempre se había protestado desde los sindicatos de TVE por la externalización. Lo que ha sucedido es que la parrilla de TVE se abrasa por los errores múltiples de sus dirigentes y la tarde, en concreto es un desastre tras otro. Igartiburu, un talk show, el «Letris» de Latre, todo lo que colocan se abrasa en el ostracismo en unas audiencias ridículas. Y es que Cuatro y la Sexta, por ejemplo, tienen programas de actualidad, con multiconexiones, pero con tertulias y visión critica a la realidad. Antena 3 y Tele 5 con sus concursos mantiene una cuota excelente.

Es decir, no es el directo lo que falla, sino la estrategia de la cadena. Y que la fórmula es más eficaz cuanto más cercana y al abarcar tanto, aprieta poco, y como siempre repiten los temas y asuntos muy similares con un tono muy ñoño, al menos esa impresión dejan en su primera semana, y eso que algún día lo adelantaron para aprovechar la audiencia del ciclismo. No se enteran. ¿Qué tiene qué ver una cosa con la otra? Obviamente, nada. Pero ahí siguen, malgastando profesionales, dineros públicos por la ineficacia de los directivos de partido. La tarde abrasa. Y más en verano.