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John Fogerty: regreso tras cuarenta años en solitario
La Creedence Clearwarter Revival (CCR) fue una formación pionera en la mezcla del folk, el country y el rock and roll. Su vida fue limitada, 1967-1972, por problemas entre John Fogerty, el cantante, guitarrista y compositor de la mayoría de las canciones, y el resto de la banda. Fogerty regresa con un álbum que recupera canciones de CCR, pero reconfiguradas por los numerosos invitados.
Dicen o cuentan que la única parte de la cara que crece a lo largo de toda la vida es la nariz, malo para quienes ya la tenemos bien formada desde jóvenes, pero la teoría tiembla al ver la evolución de los ojos de John Fogerty, cada año más pequeños. Sin embargo, su magia y estilo no disminuye. Escucharle de nuevo con la serie de canciones que ha recuperado de CCR para «Wrote a song for everyone» («Escribí una canción para todos») continúa siendo una experiencia emotiva, trascendental tras el pálpito de cada nota. En este punto, las emociones se despliegan según se conecten los recuerdos y las vivencias de cada uno con su pasado, pero será difícil que quienes conozcan el repertorio de CCR no vuelvan a sentirse enamorados.
La revisión con mayor densidad emocional reside en «Who'll stop the rain», una hermosa canción que Fogerty repasa al lado de Bob Seger, uno de los mejores cantantes del rock estadounidense y, de paso, una de las carreras más nobles que se puedan conocer. «Who'll stop the rain» retoma la melancolía pianista propia de muchas de las canciones de la obra de Seger, quien llegó a la ciudad de Detroit desde Lincoln Park, Michigan, nada más comenzar la década de los sesenta. Seger y Fogerty comparten ser parte incuestionable de la historia del rock y, además, ambos cuentan con 68 años. Vocalmente el más cascado es Seger, quizá quien puso más ardor en sus interpretaciones, quizá un músico más activo.
Otro de los puntos curiosos de «Wrote a song for everyone» es el tema «Lodi», donde papá Fogerty se acompaña de sus hijos Shane y Tayler, dos de los cinco. Podría apuntarse que es curioso que a ambos retoños (sobre los 25 años y de su segundo matrimonio) les dé por usar camisas de cuadros, pero creciendo con un padre que no ha conocido otro tipo de prenda, todo se explica. Tampoco es extraño que a ambos les guste musicalmente la década de los sesenta y setenta, más aún si la imagen es el reflejo del estado mental interior.
El álbum se compone de catorce canciones. De ellas dos son originales para esta grabación. Destaca «Mystic highway», una excelsa composición que explica por qué este tozudo (su biografía así lo indica) músico mantiene todo su prestigio más allá de las cuatro décadas. El otro corte se titula «Train of fools», menos directa que la previa, pero también con un porte rockero que demuestra que a Fogerty no le ha contaminado ninguna moda, caja de programaciones o producción moderna.
Hijo afortunado
Una de las canciones más notables del repertorio de CCR fue «Fortunate son». Fogerty escribió la canción cuando era reserva del ejército yanqui en Vietnam. Él no era precisamente el afortunado hijo de un acaudalado o hijo de un militar, era un pringado de los que no se libraba del ejército. Así que Fogerty habla en la canción de la «suerte» de los privilegiados. No extraña que para retomar esta nueva visión eligiese la vitalidad y la fuerza de Foo Fighters, una de las grandes bandas del rock y que sin dejar el presente no cesa de revisar el pasado. ¿Cómo vestía el líder de los Fighters, Dave Grohl en los días de grabación? Con camisa de cuadros. Dave le ayuda con la guitarra rítmica y reaviva vocalmente el «It ain't me». Foo Fighters, al BBK Live y Fogerty al Azkena, ¿no?
Otro punto peculiar en esta recopilación revisada de viejas canciones Fogerty es el aire que rodea a la canción que da título al disco, «Wrote a song for everyone», ya que el aire vaquero de la canción se acentúa con la participación de Miranda Lambert, una tejana especialista en música country que saltó a la fama como finalista de la temporada 2003 de Nashville Star. Lambert, de sugerente voz, se enfrenta a un solo de guitarra, posiblemente el más extraño del disco, obra del reconocido Tom Morello. Tom es integrante de Rage Against the Machine y ex guitarrista del grupo de rock Audioslave. Actualmente lidera un proyecto en solitario llamado The Nightwatchman y una banda junto a Boots Riley llamada Street Sweeper Social Club. Cuenta con un Grammy Award. Además, ocupa el puesto 40 en la lista de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos según la reconocida revista «Rolling Stone».
«Bad moon riser» fue otro de los grandes éxitos del repertorio de la Creedence. En este revival el invitado es Zac Brown y su banda. Un guitarrista de Atlanta, Georgia, envuelve el tema entre aires camperos, su estilo natural.
La idea del disco parte de la mujer de John Fogerty, Julie Kramer. Lo que se desconoce es si la idea de contar con My Morning Jacket, una soberbia banda de Louisville, Kentucky, le corresponde a él, a la visión actual de su mujer o por decisión o consejo de producción. My Morning Jacket, entre la sicodelia, el rock y el alt-country, afrontan «Long as I can see the light», una de las canciones más caídas de CCR, por lo que la elección es muy afortunada y consecuente. MMJ no la destrozan, la despellejan aún con más mimo y densidad. La dejan fluir hasta convertirla en vaporosa. Solo la voz de Fogerty, cuando le toca turno, aporta el punto de aspereza que siempre tuvo CCR.
«Have you ever seen the rain» es sin duda una de las más gratificantes canciones de la Creedence. La suerte quiso que el bombón le cayera al buen vaquero Alan Jackson, quien, evidentemente, la conduce a corrales. El gigante georgiano (1,93 m. sin sombrero) le contagia la onda a Fogerty, finalizando una versión agradablemente cowboy.
Para grabar «Proud Mary» Fogerty se trasladó a Nueva Orleans, el hogar de Allen Toussaint y las voces femeninas de aire soul que la arropan. «Proud Mary» fue el primer single de CCR y pelotazo de inmediato al alcanzar el número uno en un buen número de países. Quizá para algunos sea una canción de Ike & Tina Turner, pero no, el autor es John Fogerty. ¿Versiones? Profesionales, no menos de un centenar.
Historia de frustraciones
John Fogerty y su hermano Tom se unieron a Doug Clifford y Stu Cook para formar Tommy Fogerty and the Blue Velvets en El Cerrito, California, a mediados de los sesenta. Tras firmar un contrato con Fantasy, el grupo cambió su nombre por el de The Golliwogs. Después llegaría CCR, la ruptura entre los hermanos, la quiebra de CCR por mal rollo entre el trío y los sucesivos juicios de Fogerty contra Fantasy. Tras cuarenta años, este es su noveno disco en solitario.