La crisis ha traído cosas malas, pero otras buenas, porque a veces hace falta verle las orejas al lobo para reaccionar. «El estudiante» es el reflejo de la creciente preocupación en las nuevas generaciones por entender el compromiso político de los años 60 y buscar nuevas formas de participación ciudadana frente al poder sistematizado.

Esteban Lamothe encarna a un chico de provincias que llega a Buenos Aires sin demasiadas ganas de estudiar. Una vez matriculado en la Facultad de Ciencias Sociales, encontrará una manera de ocupar su tiempo, al conocer e interesarse por la militancia política. Cierto es que no llega a concienciarse directamente, sino a raíz de conocer a una chica por la que se siente atraido, una joven profesora adjunta que le introduce en ese mundo en el que al principio se encontraba algo perdido, con tanta sigla y divisiones internas.

Sin embargo, el campus universitario se transforma en una réplica a escala de lo que es la vida política en si, ya que Santiago Mitre pretende diseccionar el funcionamiento de las organizaciones y partidos que pugnan por administrar los países. Entonces se abre al debate sobre la corrupción y el maniqueismo que se dan en la realidad.