La ola de calor disparó ayer otra vez el mercurio en torno a los 40 grados. Las autoridades elevaron el aviso amarillo a alerta naranja «por temperaturas altas extremas y persistentes» en zonas como la costa guipuzcoana, la Lautada y la Rioja alavesa.

Como explicó a Efe la delegada de Aemet en la CAV, Margarita Martín, detrás de esta ola de calor está la llegada de una masa de aire cálido en capas bajas atmosféricas, con 22 grados a 1.500 metros de altura en la atmósfera libre, unido al efecto Föhn, que consiste en el recalentamiento y resecamiento de la masa de aire, «que se ve obligada a subir y bajar la Cordillera Cantábrica en su camino hasta el mar».

No habrá una tercera jornada seguida de altas temperaturas, debido a la entrada de un frente frío que quizá traiga lluvia.

Esta situación se produce cuando nos acercamos al décimo aniversario de una de las olas de calor «más largas e intensas que se recuerdan en el País Vasco». La anomalía de 2003 fue la persistencia de altas temperaturas durante diez días.