El Ejército israelí volvió a justificar la detención de niños palestinos porque «no se puede permanecer impasible mientras menores de edad lanzan piedras que ponen en peligro a los viandantes y a ellos mismos». Esa fue la respuesta del asesor del Ejército en Cisjordania, Doron Ben Barak, ante la queja que presentó la ONG israelí B´Tselem por la detención a mediados de julio de un niño de cinco años en una calle de Hebrón por tirara piedras, lo que puede conllevar hasta 20 años de cárcel.

Esta organización de derechos humanos difundió un vídeo del momento de la detención, en la que se podía ver a soldados israelíes llevar hasta a un jeep militar a un niño llorando, acompañado por un adulto.

«Se vio a un niño lanzando piedras en una calle de Hebrón y, al hacer esto, puso en peligro a los transeúntes», alegó en su momento el Ejército en un comunicado enviado a AFP.

B´Tselem explicó que los soldados arrestaron al menor en un puesto de control cerca de la mezquita Ibrahimi de al-Khalil y, tras montarlo en un vehículo militar, lo llevaron a su casa, donde detuvieron a su padre, a quien esposaron y vendaron los ojos. Ambos fueron llevados a una base militar antes de ser entregados a la Policía palestina.

En su respuesta, Ben Barak argumentó que existe un creciente fenómeno de menores de doce años lanzando piedras contra los vehículos que circulan en Cisjordania y que sería «irresponsable que los soldados ignoraran la situación y dejaran al niño para que continúe con sus peligrosas actividades».

Si bien reconoció que, los menores de doce años no tienen responsabilidad penal, sostuvo que el Ejército tiene autoridad para tomar medidas como retirar al menor de la zona, entregarlo a sus padres o a Policía palestina.

La directora ejecutiva de B´Tselem, Jessica Montell, resaltó que, en este caso concreto, los soldados no detuvieron al niño cuando estaba lanzando piedras, sino que lo hicieron después. Criticó que los soldados no tuvieran inconveniente alguno en «asustar a un niño de cinco años, ni en amenazarle con arrestar a su padre sin razón o atarle a éste las manos y vendarlo en su presencia».

Según datos recopilados por la ONG Defensa para los Niños Internacional, en los últimos 11 años, 7.500 niños palestinos, algunos de solo 12 años, han sido detenidos, interrogados durante días sin la presencia de sus padres o de un abogado, y encarcelados sin garantías. De los 311 testimonios recogidos por esta organización entre el 1 de enero de 2008 y el 31 de mayo de 2012, se desprende que la mayoría de las detenciones se produjeron de madrugada, entre las 0.00 y las 5.00, en sus domicilios.

«El menor se ve sobresaltado por un impresionante operativo, con soldados apuntándoles con sus armas y gritando. Después, viene la cárcel, donde pueden pasar meses lejos de su familia, con gente que no conoce, a veces encarcelado junto a adultos, sin posibilidad de compartir sus sentimientos. El menor siente el peso de todo el sistema militar israelí. Afrontarlo en soledad les supone una vivencia terrorífica», denunció Nader Abu Amsha, director del programa de rehabilitación YMCA de Jerusalén Este.

Otro informe de Unicef fechado en marzo constató que estos menores, la mayoría detenidos por tirar piedras, sufren «violencia física y amenazas durante su interrogatorio y son forzados a confesar, sin acceso a un abogado o familiar».