Después de dos días de debates, el Tribunal de Casación (Supremo) italiano confirmó ayer la condena de cuatro años de prisión por fraude fiscal para el Silvio Berlusconi, la primera sentencia confirmada para el ex primer ministro italiano de los numerosos casos en los que se ha visto implicado y de los que se ha librado por prescripción del delito o absolución.

Sin embargo, Berlusconi, con 76 años, no deberá ira a prisión por su edad y puede cumplir esta condena en arresto domiciliario o bajo tutela de los servicios sociales. Además se beneficia de una reducción de cuatro a un año de prisión por la ley de indultos aprobada en 2006.

Respiro momentáneo

En cuanto a la inhabilitación de ejercer una función pública durante cinco años, el Tribunal la ha reenviado a la Corte de apelación, para que calcule de nuevo el plazo, con lo que da un respiro -de momento- al Gobierno de coalición de Letta, que hubiera caído en una profunda crisis con la salida de Il Cavaliere.

Asimismo, una vez calculada la nueva inhabilitación, esta no entrará en vigor de forma automática, ya que para ser definitiva tiene que superar un nuevo trámite en el Senado, que deberá decidir si acepta la decisión de los magistrados, y, si no lo hace, ha de abrirse un proceso por conflicto de competencias ante el Tribunal Constitucional.

En cualquier caso, la confirmación de la condena supone un pequeño terremoto en el panorama político italiano, tanto por el personaje como por el peligro para la coalición de gobierno entre el Partido Demócrata (PD) del primer ministro, Enrico Letta, y el Pueblo de la Libertad (PdL) de Berlusconi. «No es posible imaginar que el PD pueda seguir siendo aliado del partido de Silvio Berlusconi», reaccionó Nichi Vendola, líder del partido de izquierdas SEL.

Más prudente, pero desconfiado, el líder del PD, Guglielmo Epifani, aseguró que su partido «seguirá con atención el comportamiento del PdL» y pidió a la derecha «un comportamiento responsable necesario en una fase de grave crisis como la que atraviesa el país».

«El fallo del Tribunal no da serenidad a nuestro país, que necesita absoluta estabilidad gubernamental y reconciliación nacional», lamentó Sandro Bondi, coordinador del PdL.

En cambio, Beppe Grillo, líder del Movimiento Cinco Estrellas escribió en su página web: «Berlusconi ha muerto. ¡Viva Berlusconi!», y comparó la condena con la caída del Muro de Berlín porque supone el fin de una impunidad que ha «separado al país de la democracia».

Berlusconi ha sido condenado por fraude fiscal por haber inflado artificialmente los precios de los derechos de difusión de películas, compradas a través de sociedades pantalla que le pertenecían, al revenderlas a su imperio audiovisual Mediaset para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero.

Todavía el miércoles sus abogados intentaban demostrar la inocencia del ex primer ministro ante el Supremo. «En el veredicto en primera instancia y en la apelación falta la prueba de que Berlusconi haya participado en el delito del que se acusa», aseguró uno de ellos, Niccolo Ghedini. En junio fue condenado a siete años de prisión y a la prohibición de ejercer un mandato público por abuso de poder y prostitución de menores en el caso «Rubygate», pero recurrió esta sentencia.

Berlusconi se ve acosado

Unas horas después de conocerse, Berlusconi criticó la condena «que carece de todo fundamento y me privará de mi libertad y de mis derechos políticos. Tenemos que continuar luchando, haciendo política, para realizar todas las reformas necesarias, y en primer lugar las de la justicia», afirmó el ex jefe de gobierno a través de un vídeo.

Asimismo, expresó la esperanza de que la condena haga que los ciudadanos «abran sus ojos» sobre el «sometimiento» que ejerce parte de los jueces sobre Italia.

El ex primer ministro insistió en que es inocente y tachó al poder judicial de «irresponsable». Se describió como víctima de un «acoso judicial y de procesos infundados». «¿Cuál es el premio por un compromiso de 20 años? Acusaciones sin base y una sentencia que limita mi libertad y mis derechos políticos. Así es como Italia reconoce los sacrificios y el compromiso de sus mejores ciudadanos», añadió.