Manuel Santacruz García | Fustiñana
Sabemos lo que hicisteis
El hecho de que un juez contradiga a otro, con la ley en la mano, y excarcele a Miguel Blesa; que un juez contradiga a otro, con la ley en la mano, y rebaje a nueve meses la condena de seis años a Jaume Matas; que Pepe Blanco salga impune de las acusaciones que pesaban sobre él con respecto a favores donde el dinero al parecer andaba de por medio; que el presidente nada menos que del Constitucional sea un declarado afiliado del PP y como excusa sirva que nadie se lo preguntó, pero tampoco él lo expuso voluntariamente; que la cuestión monárquica, impuesta por el dictador Franco y con juramento de los Principios del Movimiento Nacional del 36, esté tan al pairo de los huracanes de Urdangarín, su esposa la infanta -por supuesto limpia y más honesta que nadie ante la ley, faltaría más-, las excursiones, cazas y rumores amorosos. Que estas cosas y casos ocurran en el imperio español, ellos y ellas sabrán.
Pero ojo, que aquí, en casa, no están las cosas mejor. La ley y la justicia andan por caminos distintos y cada vez más alejados.
Que Miguel Sanz, Yolanda Barcina, Alvaro Miranda, Enrique Maya, Enrique Goñi y tal vez alguien más, después de montarse reuniones inexistentes, sin contenidos, etc., después de asignarse dietas millonarias y embolsarse miles de euros y tras reconocer que lo habían cobrado y algunos decir que han devuelto lo cogido indebidamente, venga un juez del imperio y sentencie, sin siquiera preguntar a los afectados, que no han cometido delito y que no hay nada punible es como para cabrearse y saltar de una vez.
Yo me pregunto qué pasaría si cualquier persona en paro, que puede estar sin recibir ningún ingreso y la familia pidiendo pan, cualquier persona jubilada, con una pensión mínima, hijos e hijas con su propia familia sin ingresos suficientes, porque después de estar trabajando, dejando lo mejor de su vida a cambio de un salario siempre peleado los mandan al paro, desahuciados por una banca ladrona, si alguien en estas circunstancias hubiera hecho lo que Barcina y compañía han hecho, dónde estaría en estos momentos. Sin ninguna duda y con la misma ley en la mano, estaría imputado por robar a la ciudadanía y en la cárcel. Pero así es la ley.
Las leyes las hacen para amparar o castigar según quién seas. No debemos olvidar que la dictadura franquista también dispuso leyes, leyes que se empleaban contra los débiles, contra los pobres y leyes que protegían y amparaban a los poderosos y ricos, y a la vista está que en ese sentido poco han cambiado las cosas.
Pero a pesar de que abogados, fiscales y jueces os hayan declarado «limpios», sabemos lo que hicisteis y lo que pensáis seguir haciendo, vuestra sonrisa os delata y en vuestro interior sabéis lo que realmente sois.
Por favor, en estos días de fiestas en nuestros pueblos, no os pavoneéis con esa sonrisa que más bien es un mordisco en la yugular de Nafarroa. Y mientras los servidores de la ley y el orden se empleen a fondo contra los que protestan por todas estas injusticias y amparen y protejan a granujas y corruptos, ¿cómo creer que hay democracia?
La justicia es otra cosa e, insisto, sabemos lo que hicisteis, así que no presumáis de honorabilidad, moralidad, honradez, etc.
Por cierto, podéis pedir que os devuelvan lo devuelto, digo yo.