En las pocas semanas que lleva en el club y en la ciudad, Oriol Riera confirma lo que ya preveía: que ha sido todo un acierto para su carrera deportiva haber recalado en Osasuna. Sabe que el club rojillo le va a dar la opción de crecer futbolísticamente y considera que Iruñea es una ciudad tranquila para crear una familia, algo en lo que también está inmerso el delantero catalán.

Optó por Osasuna porque era el equipo ideal en este momento de su trayectoria deportiva, ¿ha confirmado esa impresión?

Sí, buscaba un club que tuviese tranquilidad, que me dejase crecer y subir peldaños pese a las dificultades de jugar en la élite. Creo que Osasuna, por el tipo de club que es, es el idóneo para hacer todas estas cosas.

¿Podría decirse que se encuentra en su mejor momento futbolístico y personal?

Estoy viviendo una etapa de mucha alegría porque voy a poder cumplir dos sueños. Uno deportivo, como es jugar en Primera División, y el otro, particular, al poder conformar una familia (Oriol Riera y su mujer están esperando el nacimiento de su primera hija).

El vestuario rojillo tiene fama de ser bastante acogedor con los recién llegados.

Y es así. Antes de firmar ya me habían hablado de que era un vestuario fácil, muy humilde, con muchas ganas de mejorar... La pretemporada en Holanda me ha servido para conocer y acoplarme a mis nuevos compañeros. Ahora, tengo muchas ganas de empezar ya.

Y encima el míster le ha dedicado muy buenas palabras, no solo a su acierto, sino también a su trabajo sobre el campo.

Bueno, queda mucho recorrido por hacer, pero es cierto que las palabras de Mendilibar me indican el camino a seguir. Mis premisas siempre han sido no bajar los brazos y trabajar para seguir mejorando y creciendo. El míster es muy cercano, para lo bueno y para lo malo, tanto cuando tiene que echarte una bronca como para darte la enhorabuena. Creo que eso facilita la comunicación entre él y nosotros, sabemos que es un entrenador exigente, al que le gusta que sus jugadores estén al 150%.

En Holanda se estrenó como anotador por partida doble. Osasuna es un equipo que casi siempre tiene un mal endémico con el gol. ¿Se siente más presionado por esa responsabilidad?

El problema no está en el gol, sino en la creación de jugadas de peligro, y eso es algo que tenemos que mejorar entre todos, empezando desde el portero hasta el último punta. No creo que sea una labor única de los delanteros.

Para compartir dicha tarea se ha realizado una última incorporación, la de Ariel Núñez. ¿Lo ve como una seria competencia por el puesto o cree que ambos son compatibles?

Lo veo como un compañero más, todo el mundo está aquí para sumar, la Liga es muy larga y habrá tiempo para todos. Lo más importante es que cada uno esté al 100% cuando lo pida el míster. Quien juegue no es decisión nuestra, se acatará lo que el míster diga.

¿Está cómodo con el estilo de juego del equipo o ha tenido que amoldarse a una forma diferente a como jugaba en el Alcorcón?

Son situaciones muy similares, donde la intensidad es lo que prima. Lo más importante es ir conociendo a tus compañeros y sacar el mejor partido a lo que tú y ellos puedan aportar.

Sufrimiento, sacrificio, trabajo, pero buen rollo. Oriol Riera ha captado rápido cuál es la esencia del vestuario rojillo y la fórmula que puede llevar a la escuadra navarra a continuar un año más en la máxima categoría

El equipo todavía no ha ganado en pretemporada. ¿Hay cierta ansiedad por ello en el vestuario?

Ahora se trata de sumar minutos y físico para estar al cien por cien cuando comience la competición. ¿Que hay que ganar? Sí, claro, intentamos hacerlo, pero me quedo con la buena sintonía que hay en el equipo.

¿No da la sensación de que todavía quedan muchos aspectos por pulir a falta de dos semanas para el comienzo liguero?

Seguramente, pero también habrá que mejorarlos en diciembre, estamos compitiendo en la mejor Liga del mundo. Estoy seguro de que aprovecharemos bien estas dos últimas semanas para presentarnos lo mejor posible al inicio liguero.

El año pasado se sufrió mucho, ¿cómo ve la próxima temporada?

Pues que también sufriremos hasta el final porque jugamos en una competición con un nivel máximo, pero Osasuna y su afición saben sobrellevarlo. N.M.