Mikel INSAUSTI

La película más cara del verano no decepciona en lo que a espectacularidad concierne, gracias a unas escenas de masas verdaderamente impactantes. Su planteamiento resulta original, se mire por donde se mire, ya que contiene un tipo de imágenes nunca antes vistas dentro del género de catástrofes o del terror apocalíptico. Cierto es que existe una tendencia en el Hollywood actual a trasladar a los presupuestos de las megaproducciones argumentos que antes pertenecían al universo de la serie B, pero esto no había ocurrido hasta ahora con las películas de zombies.

Sin embargo, incluso un gigantesco proyecto como «Guerra Mundial Z» tiene sus debilidades, y donde falla la realización de Marc Forster es en las distancias cortas. El cineasta de origen alemán poco puede hacer ante las limitaciones creativas que impone la prioridad mercantil, viéndose obligado a evitar mostrar la sangre o cualquier otro tipo de violencia descarnada para ajustarse a la clasificación por edades. Por eso rehuye los planos detalle, prefiriendo siempre los generales y los de figuración.

Dicho condicionamiento aleja a la película de la novela de Max Brooks, de la que sólo toma el título y el novedoso concepto de la contaminación vírica zombi con consecuencias de tragedia bélica. Tampoco conserva el sentido oral de aquella, en cuanto relato retrospectivo desde el futuro desarrollado a modo de reportaje periodístico mediante entrevistas a los contaminados realizadas alrededor de todo el planeta. El protagonista que encarna ahora Brad Pitt es un experto de la ONU en intervenir en zonas de conflicto, cuyos servicios son reclamados para encontrar el origen de la pandemia cuando ya se encuentra fuera de servicio y dedicado a cuidar de su familia.

El viaje para dar con el foco de la infección global nunca es tan exhaustivo como el que mostraba Steven Soderbergh en su magistral «Contagio», hallando su punto clave en la escala de Jerusalén, donde Israel ha construido un nuevo Muro más alto e inexpugnable, superado finalmente por las masas de muertos vivientes que avanzan como una plaga de langosta o de hormigas soldado.