Rohani promete luchar para levantar las «injustas» sanciones al asumir su cargo
GARA | TEHERÁN
Hassan Rohani asumió ayer el cargo de presidente de Irán con la promesa de luchar por el levantamiento de las «injustas» sanciones económicas impuestas por EEUU y sus aliados a su país para que ponga fin a su programa nuclear. Rohani prestará hoy juramento ante el Parlamento, en una ceremonia a la que por primera vez han sido invitados los líderes extranjeros, incluida una docena de jefes de Estado de la región y Javier Solana, el exjefe de la diplomacia europea.
Rohani anunció que aplicará cambios en la política exterior y una actitud «constructiva de interacción con el mundo». Los últimos ocho años de presidencia de Mahmud Ahmadineyad han estado marcados por el conflicto por el programa nuclear iraní y por las sanciones.
«La moderación no implica desviarse de los principios y no es conservadora ante el cambio y el desarrollo. La moderación (...) es una actitud activa y paciente en la sociedad para alejarse del abismo del extremismo», declaró en su intervención antes de la toma formal de posesión.
«En el ámbito internacional también adoptaremos nuevos pasos para fomentar a la nación iraní, garantizar los intereses nacionales y acabar con las sanciones. Aunque hay muchas limitaciones, el futuro es brillante y prometedor», argumentó en un corto discurso ante los más altos cargos del sistema político, religioso y militar iraní.
Rohani afronta importantes desafíos como una inflación galopante, del 42% el mes pasado, una alta tasa de paro y las divisiones políticas entre conservadores, moderados y reformistas. «La orientación del Gobierno de Irán es la salvación económica, la interacción constructiva con el mundo y la restauración de la moralidad», aseguró Rohani.
El acto de toma de posesión incluyó la aprobación formal del líder supremo iraní, el ayatolah Ali Jamenei, quien destacó la «selección de un individuo valioso que tiene a sus espaldas más de tres décadas de servicio al sistema de la República Islámica (...) y que desde la época de la lucha revolucionaria (...) ha resistido a los enemigos de la Revolución Islámica».
Jamenei señaló que «no se debe esperar que los problemas se resuelven en poco tiempo», señalando que «las presiones del enemigo» demuestran la necesidad de «fortalecer la país desde dentro».
La escenificación del traspaso de poder se produjo cuando Jamenei recibió un documento con el mandato presidencial de manos de Ahmadineyad y se lo entregó a Rohani.
Hassan Rohani, un clérigo chií relativamente moderado, obtuvo la victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 14 de de junio con el 51% de los votos y se convertirá oficialmente en presidente hoy, cuando jure su cargo ante el Parlamento. Precisamente uno de los primeros retos que deberá enfrentar el nuevo mandatario es que el Parlamento apruebe a los nominados para ser ministros.
En París, el presidente del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (la oposición en el exilio), Maryam Rajavi, indicó a AFP que «no tenemos esperanza de cambio» con la llegada de Rohani, porque él «no tiene el poder ni la voluntad» para cambiar el régimen.