Sortear el bloqueo y seguir avanzando
Dos años después de la Conferencia de Aiete, que marcó un hito en la historia reciente de Euskal Herria y a cuyas conclusiones respondió ETA con el anunció del fin de su actividad armada, Donostia volverá a acoger en octubre una cita de carácter internacional con la paz y la resolución de conflictos como hilo conductor. Así lo adelantó ayer este diario y lo anunció el primer edil Juan Karlos Izagirre durante su intervención en el congreso Mayors for Peace que se está celebrando en Hiroshima, donde reivindicó el carácter referencial de la capital guipuzcoana en la búsqueda de la paz y sostuvo que un ayuntamiento puede hacer mucho en la consecución de ese objetivo.
No le falta razón al alcalde de Donostia y no está de más lanzar esa reflexión cuando, aun hoy, existe una percepción bastante extendida de que avanzar en la solución de conflictos y en la búsqueda de la paz es tarea adscrita a la «alta política». Bien al contrario, una de las características del camino emprendido en este país hace unos años parte de la necesaria implicación de todos los agentes y de la propia sociedad, en cuya determinación y capacidad de movilización reside la fuerza de esta apuesta. Comprender esto es clave, y la iniciativa del consistorio donostiarra debe entenderse en esa perspectiva, justo cuando, además, los estados español y francés, también interpelados en Aiete, intentan devolver el proceso a la casilla de salida. No hay que olvidar, en este sentido, que coincidiendo con la celebración de la conferencia internacional, en la Audiencia Nacional española comenzarán a ser juzgados ochenta ciudadanos y ciudadanas vascas por su militancia política.
Izagirre anunció que lo que ocurra en la Casa de la Paz los días 10 y 11 de octubre supondrá una gran aportación al proceso, y en las últimas semanas están siendo muchas las voces que fijan en otoño en punto de inflexión. Señal de que la resignación no es característica de este pueblo y de que la mejor manera de sortear el bloqueo ajeno es que uno mismo se mueva. Pero siempre sin perder la perspectiva de que el éxito de esta empresa depende del concurso de todos y todas.