Juanjo Basterra | Periodista
Los trabajadores defienden a este gran pueblo
Los trabajadores vascos son los terceros más productivos de la Unión Europea. Eso no parece importarle a la patronal. Impone sus criterios por encima de gobiernos y de la voluntad de los pueblos. Manipula y oculta los grandes beneficios que obtiene con sus negocios. No es nuevo, ya lo he comentado alguna otra vez. Un alto cargo de una hacienda foral reconoció hace algunos años, durante la anterior crisis económica, que los beneficios de las empresas vascas son, en el peor de los casos, un 15% superiores a los de las españolas. Sin embargo, casi tres de cada cuatro no pagan el Impuesto de Sociedades y las que lo hacen, pagan menos de la mitad de lo estipulado. Así es.
Los trabajadores vascos, los terceros más productivos de la UE, tienen que defender a las puertas de las fábricas su dignidad, mientras que los empresarios desalmados se lleven la producción a otros lugares: la deslocalizan. No es nueva esta práctica, pero los gobiernos no han sido capaces de frenarla, ni de poner las sanciones que figuran en las normativas forales. A algunos se les designa «empresarios del año», pero tienen poco que decir cuando se marchan y abandonan Euskal Herria.
Son los trabajadores los que defienden la industria y la producción en este pueblo. Son los de Incoesa, en Bedia, los de Inasa, los de Corrugados Azpeitia despedidos, los de Troquenor, los de Virtisú... y tantos otros. Son los que defienden a este pueblo, sus puestos de trabajo y las conquistas sociales y salariales que han logrado con la lucha de décadas. Desde luego, una parte de los empresarios no defienden a este pueblo y la otra, se calla. Se van. Su única pretensión es destruir empleo o ir a zonas más baratas con una única orientación de obtener más beneficios económicos para sus bolsillos. Nada que ver con el desarrollo económico y de la sociedad vasca.
La nueva esclavitud que está imponiendo el ultraneoliberalismo está consentida por los gobiernos, sumisos al poder económico en vez de defender a los ciudadanos. ¡Ya basta! Debemos aprender del daño que nos hacen unos y otros. Porque los beneficios económicos han crecido durante la crisis, pero no el empleo y ni los salarios. Desde 2008 hay 129.556 personas menos inscritas en la Seguridad Social en Hego Euskal Herria.