El Gobierno tunecino liderado por el islamista Ennahda, instó ayer a los militantes yihadistas a rendirse, mientras incrementa las operaciones policiales, en plena crisis política causada por los ataques de este movimiento.

«Coger las armas, ir a la Policía y la sociedad y la Justicia lo tendrán en cuenta», afirmó el primer ministro, Ali larayedh, citado por la agencia TAP.

También anunció, sin dar más detalles, la detención de un nuevo sospechoso de la muerte, el pasado febrero, del líder opositor izquierdista Chokri Belaid. El atentado, atribuido al movimiento yihadista, provocó la caída del primer Gobierno de Ennahda.

Paralelamente, las fuerza de seguridad tunecinas, acusadas durante mucho tiempo de negligencia, han multiplicado sus operaciones «antiterroristas» a raíz de la muerte, el pasado 25 de julio, del diputado opositor y de la sangrienta emboscada del pasado lunes en Mount Chaambi, en la frontera con Argelia, en la que murieron ocho soldados.

El operativo militar aéreo y terrestre lanzado el jueves continuaba ayer con el objetivo de «erradicar» a un grupo armado presuntamente vinculado a Al-Qaeda.

La Policía también anunció el viernes varias operaciones contra los «terroristas».

En la madrugada de ayer, un hombre murió y otros cuatro fueron detenidos durante un operativo en un suburbio del sur de Túnez, en el que se produjo una incautación de armas.

El sábado por la noche, decenas de miles de militantes y seguidores de Ennhada -200.000, según los organizadores- protagonizaron una multitudinaria manifestación para apoyar al Gobierno y denunciar las peticiones de la oposición de dimisión del Ejecutivo.