Estados Unidos ha vuelto a ganar de calle los Mundiales de natación, aunque no vivieran el final feliz que se les suponía después de que su relevo masculino de 4x100 estilos fuera descalificado. El bracista Kevin Cordes, el novato del cuarteto, se tiró antes de tiempo en la segunda posta, pero Ryan Lochte y Nathan Adrian, ajenos al percance, continuaron en la faena. Comenzaban a celebrar un nuevo oro cuando el marcador les devolvió a la realidad.

Francia fue el gran beneficiado. Lacourt, Perez-Dortona, Stravius y Gilot firmaron el primer oro del cuarteto galo en esta disciplina, segundo para los dos últimos relevistas justo una semana después de que desplazaran a los chicos USA a la plata. Fue una jornada redonda puesto que Lacourt y Stravius dominaron un rato antes los 50 espalda. Tanta medalla de última hora les encaramó al tercer puesto del medallero, por delante de Australia y detrás de China que tuvo a su estrella Yang Sun como su principal valedor. El fondo ha pesado lo suyo puesto que el idéntico triplete del gigante de Hangzhou y de la estadounidense Katie Ledecky les distinguió como los mejores en el Palau Sant Jordi.

Las mujeres han mandado en esta decimoquinta edición. Un Mundial no con uno sino con varios nombres de mujer, en algunos casos demostrando una capacidad ilimitada. Las heroinas de Londres han rendido bastante más que los héroes.

Missy Franklin definitivamente toma el testigo de Michael Phelps, aunque ella insista en que eso es imposible. Por cantidad y calidad es una de las elegidas. Ha participado en siete finales, después de renunciar en el último momento a la prueba corta de espalda y ha logrado seis oros -200 metros libre, 100 y 200 espalda y los tres relevos-. Ninguna mujer había sumado tantos. Solo le faltaron para hacer pleno los 100 libre, en los que concluyó cuarta. La de Pasadena sabe que debe mejorar sus virajes para intimidar a Campbell y a Kromowidjojo.

Le esperan cambios importantes en su vida. Con 18 años se va de casa para continuar sus estudios en la Universidad de California, en Berkeley. Eso implica nuevo técnico. Sustituirá a Todd Schmitz, su preparador desde que tenía siete años, por Teri McKeever.

Su compatriota Ledecky también ha estado a la altura. La nadadora más joven del equipo USA en Londres regresa a Washington convertida en una gran figura y con cuatro oros en su maleta. Ha ganado en 400, 800, 1.500 y el relevo 4x200 libre, sin desaprovechar la ocasión de encarecer los dos récords del 800 (8:13.86) y 1.500 (15:36.53) más rápidos de la historia.

Ha habido otras cuatro plusmarcas, todas ejecutadas por chicas. Efimova (50 braza, 29.78) luego superada por Ruta Meilutyte (29.48), que a su vez estableció la marca de 100 braza (1:04.35) y Rikke Pedersen que completó los 200 (2:19.11), en una nueva demostración de que la braza es el estilo que más está avanzando en los últimos tiempos. Ayer, en la final de 50, saltaban chispas entre tantas plusmarquistas. Efimova se llevó el gato al agua logrando su segundo oro -los únicos de Rusia junto a los siete que le han proporcionado sus siempre solventes sirenas de sincronizada-, en apretada pelea con la ambiciosa Meilutyte, que esta vez debió de conformarse con la plata. Luego ambas lucieron en el podio esas placas que atestiguan su condición de más rápidas del mundo.

Meilutyte y Ledecky tienen 16 años. Campeonas olímpicas a los 15, se van completamente reforzadas. La lituana, que vive en Inglaterra, pretende ampliar su calendario de actuación. La de Washington ya lo ha hecho. Ha trabajado a destajo, obligada por su condición de fondista y su demostración ha sido insuperable. De otra dimensión.

Para los Juegos de Río de Janeiro'2016 tendrán 19 años, serán más fuertes y más experimentadas. Y un año quizás aprovechen la oportunidad de demostrar su progresión en el próximo Mundial de Kazán'2015, a orillas del Volga.

Hosszu, la más completa

Además de las adolescentes, hubo más protagonistas en la clausura. Katinka Hosszu, con seis pruebas individuales en su agenda, cerró a lo grande su particular maratón. Campeona en 200 y 400 metros estilos, nadie podrá discutir a esta húngara su demostración de versatilidad en la prueba que define a la más completa. En Roma'2009 ya fue oro. Ayer dominó la distancia larga por delante de la catalana Mireia Belmonte, con la que también coincidió en el peldaño del bronce en los 200 metros mariposa, mientras tercera se clasificaba Elizabeth Beisel, la estadounidense que defendía el título y fue plata olímpica.

Ye Shiwen, la china que asombró en Londres con aquel parcial mejor que el de los hombres, ha sido la excepción de las jóvenes triunfadoras de entonces quedándose sin podio en las dos pruebas de estilos.

Tampoco los hombres han estado tan arriba. La mayoría se tomaron con calma el año postolímpico y se ha notado. Incluso Yang Sun, al que su inmensa calidad le ha permitido completar sin problemas un triplete que no se repetía desde que lo realizara Grant Hackett, en Montreal'2005. El chino añadió el bronce en el relevo de 4x200 gracias a su impresionante posta que valió una medalla. Sun se va contento, aunque no ha mejorado marcas. Pero sus títulos apaciguarán las críticas que le han caído en los meses previos, motivadas según su entrenador por estar más pendiente de sus asuntos personales en detrimento de sus entrenamientos.

El fue junto a Ryan Lochte el hombre que más brilló en el precedente de Shanghai'2011. El estadounidense, a medio gas, se va de Barcelona con el oro en 200 estilos y 200 espalda -dos disciplinas en las que ha logrado el título en tres mundiales consecutivos- otro oro en 4x200 libre, gracias a su portentosa actuación en un viernes con cuatro carreras, en las que recordó a su mejor versión, y la plata en 4x100 libre. Su cuarto puesto en los 200 libre y el sexto en los 100 mariposa entran dentro de la lógica en un año de transición para el nadador en áctivo con más títulos.

Precisamente, el japonés Daiya Seto sucede al astro americano como campeón de un 400 estilos en los que Lochte ha sido la gran referencia del último ciclo, aunque no la incluyó en su apuesta catalana. Considerada la prueba más exigente del programa, Seto sorprendió ayer a su compatriota Hagino, quinto tras un programa agotador, cuando parecía destinado a convertirse en el primer nipón que gana esta prueba.

Sí estuvo Chase Kalisz, campeón universitario estadounidense que se colgó su primera plata internacional y suena junto a los japoneses como los hombres del futuro.

En el presente, sin embargo, toca hablar del mariposista Le Clos, imbatible pese a dedicarse a girar la cabeza para comprobar por dónde andan sus rivales, o el bracista Cameron Van Der Burgh. Entre los dos han situado a Sudáfrica quinto en el medallero. Le Clos, además, pretende ampliar horizontes e incluir otros estilos de cara a Río, el lugar y la cita donde quieren brillar los brasileños, octavos gracias a César Cielo.

Australia baja en la clasificación por países. Magnussen defendió con éxito su título en 100 metros libre pero su eliminación prematura del 50 y su escasa contribución al relevo le restan puntos. Cate Campbell, por el contrario, es la nueva campeona de 100 libre y la subcampeona del 50. Los relevos femeninos, con tres platas, sí han dado la talla.

Los vascos

Precisamente en el relevo de 4x100 libre se pudo ver a Markel Alberdi. En las series el cuarteto batió el récord de España pero el registro no prosperó porque resultaron descalificados. El eibartarra del Bidasoa XXI nadó la segunda posta, pero Juanmi Rando saltó en la tercera antes de lo permitido y así se acabó su participación.

Ophelie Aspord fue sexta en los 10 kms de aguas abiertas, y 18ª en los 5kms. La de Baiona obtuvo un gran resultado, calcado al de Londres'2012 en una prueba reina a vertiginoso ritmo de samba marcado por las brasileñas. Además, el iruindarra Alberto Munarriz debutó con el equipo español de waterpolo que acabó quinto.