El espectáculo está garantizado en la trigesimoquinta edición de la Vuelta a Burgos, con la participación de algunos de los ciclistas más importantes del pelotón internacional -Nibali, Quintana, Samuel Sánchez o Basso- y las tres llegadas en alto -a destacar la de la última etapa, con subida a las Lagunas de Neila- que han diseñado los organizadores de la prueba.

Serán un total de 16 los equipos que tomarán parte en la carrera, nueve del UCI World Tour -Euskaltel y Movistar entre ellos-, cinco de la categoría Profesional Continental -con el Caja Rural en la lista- y otros dos de categoría Continental -en este apartado se incluye la Fundación Euskadi-. En total, 128 ciclistas en una prueba que este año constará de cinco etapas de entre 139 y 175 kilómetros.

Para la primera de ellas se ha previsto un recorrido circular alrededor de la capital burgalesa, con salida en el Fórum Evolución y llegada en el alto del Castillo, que los corredores deberán subir dos veces. Sin duda, la etapa reina será la del próximo domingo, en la que los ciclistas ascenderán a las Lagunas de Neila, tras superar un puerto de categoría especial, otro de primera categoría, cuatro de segunda y uno más de tercera.

Hace dos años, el gran triunfador en esta etapa fue Mikel Landa, consiguiendo hasta el momento la que es su única victoria como profesional. El corredor arabarra disputará esta edición con el objetivo de ayudar a su líder, Samuel Sánchez, tarea para la que se muestra bien preparado, ya que Landa brilló con luz propia hace dos semanas en la Clásica de Donostia.

Además de la mencionada llegada en las Lagunas de Neila, habrá otros momentos importantes que podrían ser decisivos en la carrera o, al menos, marcarán una selección de los hombres más fuertes. A destacar, la llegada en el alto de la ciudad romana de Clunia de la segunda etapa, los seis puertos de tercera categoría incluidos en la tercera, o el paso por lugares más emblemáticos, como Ojo Guareña.