HRW denuncia detenciones ilegales y malos tratos a inmigrantes en Moscú
La ONG ha pedido a la Policía moscovita que ponga fin a los arrestos arbitrarios y los tratos inhumanos perpetrados contra trabajadores inmigrantes, a quienes acusa de incumplir las leyes de migración y empleo.
GARA | MOSCÚ
Human Rights Watch (HRW) denunció en un informe publicado ayer la campaña que lleva a cabo desde julio la Policía de Moscú contra los inmigrantes en situación irregular. Desde que comenzó, las autoridades han realizado numerosas «redadas racistas» en mercados callejeros y otros lugares de alta afluencia de inmigrantes que han acabado con el arresto de más de 4.000 personas de apariencia no eslava.
Los trabajadores detenidos, en su mayor parte de origen vietnamita, sirio, afgano, egipcio, marroquí, kirguís, uzbeko y tayiko, son trasladados a centros de detención, donde esperan los fallos de los jueces. HRW denunció que Rusia no cumple los estándares legales internacionales, y acusó a las autoridades por la falta de asistencia legal durante la detención, así como los fallos emitidos en los juicios -principal- mente deportaciones- basados en «audiencias superficiales que no son cuestionadas».
Según información de los medios, solo el 7 de agosto fueron detenidas más de mil personas en el Mercado de Jardineros de Moscú. Al día siguiente, las autoridades hicieron redadas en varias estaciones de metro de la ciudad contra personas de apariencia no eslava. Esta campaña policial habría comenzado después de que un agente intentara arrestar a un supuesto violador en un mercado moscovita el 27 de julio, quien resultó herido tras ser atacado por los familiares del sospechoso.
La preocupación por el aumento de los flujos de inmigración y el crimen «étnico» se han convertido en la retórica dominante del Gobierno, en una etapa previa a las elecciones a la Alcaldía de Moscú del 8 de setiembre.
HRW, que sostuvo que muchos trabajadores inmigrantes fueron arrestados porque «no hablaban suficiente ruso» y la Policía no disponía de traductores, cuestionó que los detenidos no cuenten con asistencia legal, servicios de traducción ni permiso para informar a sus familiares. Además, las autoridades no permiten a los detenidos acceder a sus pertenencias, ni siquiera a la documentación que no llevan encima durante la detención. Según HRW, algunos detenidos que esperan ser deportados tienen condición de asilados, permisos de trabajo e incluso todos sus papeles en regla para residir en Rusia.
En tiendas de campaña
Las autoridades policiales han construido un campo de detención provisional, con tiendas de campaña, en Golyanovo, en el este de Moscú, a donde están siendo trasladados cientos de detenidos. Las instalaciones no cuentan con electricidad, sistemas de comunicación ni agua potable, y los detenidos se enfrentan a condiciones inadecuadas sanitarias y de alimentación, según HRW.
Las instalaciones, con capacidad para 900 personas, no son legales, según afirmó HRW. La jefa de la Comisión de Asistencia Cívica (CAC) -organismo que ofrece asistencia legal a inmigrantes y asilados-, Svetlana Gannushkina, aseguró que la ley rusa obliga a que los extranjeros que esperan ser deportados sean detenidos en centros especializados y calificó de «ilegal» el campo de Golyanovo.
El Defensor del Pueblo ruso, Vladimir Lukin, dijo que las condiciones sanitarias del campo son inaceptables. Gannushkina, que lo visitó con Lukin, describió las condiciones del campo como «inhumanas».
«No hay nada que justifique las detenciones masivas por motivos étnicos», subrayó HRW. «Si las autoridades quieren luchar para mejorar la seguridad y el orden público en Moscú, deben centrarse en la lucha contra el crimen y no desviar el descontento social utilizando a los inmigrantes como chivos expiatorios», concluyó.