Es un ingrediente imprescindible, la salsa del fútbol. Y aunque encajar pocos goles acostumbre a ser sinónimo de éxitos, y por tanto un objetivo perseguido por todos los equipos, las victorias solo se aseguran marcándolos. De ahí que los killers sean los protagonistas de los traspasos más sonados y disfruten de las fichas con más ceros. De ahí también que la recién concluida pretemporada del Athletic genere cierta intranquilidad: se crean ocasiones, sí, como destaca Ernesto Valverde, pero a los jugadores rojiblancos les cuesta aprovecharlas para hacer gol.

Pese a ese estilo de juego dominador que quiere desplegar el Athletic, de hecho, los rojiblancos han sido incapaces de marcar en tres de sus ocho amistosos. Y han acumulado dos tercios de sus goles en apenas dos enfrentamientos, los dos primeros, ante el Bermeo y un Eintracht más rodado pero recién ascendido a la Bundesliga tras tres décadas de ausencia.

No es menos llamativo que el máximo goleador de la pretemporada haya sido Óscar de Marcos (3 dianas), que se ha perdido la mitad de los ensayos por un esguince de tobillo. Y que, aun siendo uno de los jugadores más polivalentes de la plantilla, no parece tener un hueco asegurado. Al menos los hombres llamados a comandar el ataque rojiblanco, Aduriz, Sola y, en menor medida, Toquero, también han mojado, con dos goles para cada uno. El resto se lo han repartido Iraola, Galarreta -que ya no está-, Ibai, Beñat y Susaeta.

Más que números

Y quizá esa sea la mejor noticia, que el resto de jugadores de medio campo hacia arriba también sean capaces de ver puerta. Sobre todo cuando los delanteros no acostumbran a pelear por el Trofeo Pitxitxi. A nadie se le escapan las virtudes de Aritz Aduriz, que en sus siete temporadas y media en la elite ha anotado una media superior a los once goles -incluyendo todas las competiciones-, pero que nunca ha pasado de los 14 en Liga. Marca que alcanzó el curso pasado con la camiseta rojiblanca aunque, curiosamente -y quién sabe si es un motivo para la reflexión-, zanjó toda la segunda vuelta con solo dos.

Considerablemente peores son los registros de Kike Sola -3'5 goles de media y nueve como mejor registro-, aunque los números nunca reflejan la realidad con exactitud. No todos los equipos ofrecen las mismas posibilidades de marcar, ni todos los entrenadores depositan la misma confianza, ni todas las temporadas se saldan sin percances físicos. En ese sentido, el cascantino parece encontrarse en progresión ascendente, que deberá confirmar en el Athletic.

De momento, hasta seis compañeros le superan en promedio de goles en la elite. Tras Aduriz, los mejores números son para Susaeta, que en sus seis temporadas con el primer equipo ha anotado 37 goles entre todas las competiciones. Y que también parece progresar: su mejor cifra en Primera División llegó el año pasado (siete goles), que no fue precisamente el mejor para el equipo.

Entre sus compañeros de línea, los mejores registros llegaron antes. Gaizka Toquero agradeció la confianza de Joaquín Caparrós anotando 8 goles en la 09/10, mientras Muniain, Herrera y De Marcos estuvieron especialmente atinados hace dos temporadas, coincidiendo con la campaña de ensueño del equipo y su presencia casi inalterable en el once titular. Ibai, por el contrario, viene de menos a más: 5 de sus 7 goles en la elite los celebró el año pasado.

A todos ellos debería unirse, pese a partir de posiciones más retrasadas, Beñat. Su magnífico golpeo de balón le ha permitido marcar una decena de tantos en sus dos campañas con el Betis.

Unos y otros deberán afinar la puntería de inmediato, porque a partir del próximo sábado los goles valdrán más que las ocasiones, y los resultados se impondrán a las sensaciones.