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Superman: el Hombre de Acero cumple 75 años
Coincidiendo con el 75 aniversario del nacimiento de Superman, nuestras pantallas acogen la última versión fílmica de este icono estadounidense condenado a reinventarse constantemente. Videojuegos, publicaciones y teleseries se encargarán de recordarnos este aniversario que tiene su antesala en la esperada superproducción dirigida por Zack Snyder («300») y protagonizada por el británico Henry Cavill.
Koldo LANDALUZE
El primer gran título que revolucionaría y a la postre terminaría por consolidar la industria del llamado comic-book, llegaría de la mano de un singular personaje cuya tarjeta de presentación rezaba lo siguiente: «Más rápido que una bala, más fuerte que una locomotora, capaz de saltar un rascacielos...». Si nos atenemos a lo que dicen los cómics, este singular personaje de vestimenta poco discreta, nació en el remoto y hoy desaparecido planeta Krypton y fue llamado originalmente Kal-El. Pero, en realidad, el verdadero origen de este hombre que llegó de las estrellas lo encontramos en la imaginación de dos adolescentes de Cleveland llamados Jerry Siegel y Joe Shuster. El primero escribía artículos para el periódico del instituto mientras que el segundo era un artista que disfrutaba ilustrando las obras de Jerry. Ambos fraguaron esta relación creativa en un intento por eludir la grisura de una sociedad sacudida por la Gran Depresión. Fruto de este trabajo común surgió la posibilidad de trabajar en una revista llamada «Science Fiction», en la que escribieron «El reinado del superhombre» (1933), una historia que cimentaría las bases de su gran creación, «Superman». Curiosamente, en aquellos primero esbozos, Superman figuraba en el bando de los villanos pero, convencidos de que su criatura podría dar mucho más de sí ubicado en el otro bando, se plantearon escribir otra historia protagonizada por un ser fuera de lo común, un superhombre dotado con la fuerza de grandes héroes mitológicos tipo Hércules y Sansón. Espoleados por las musas, lo convirtieron en un exiliado de un planeta destruido y le dieron una doble identidad, la del periodista Clark Kent.
La gestación de esta obra no resultó nada fácil. Jerry y Joe tuvieron que realizar todo tipo de encargos para la editorial Nacional Allied Publishing -hoy conocida como DC- hasta que ésta decidió sacar una nueva revista en junio de 1938, «Action Comics». En aquel primer y mítico número, la portada fue acaparada por Superman.
El superhéroe de mallas azules y calzón rojo no tardó en hacerse con el favor del público, sus lectores aumentaban a cada entrega publicada, gracias a las populares tiras de los periódicos -se calcula que contaba con 20 millones de lectores estadounidenses-. El gran salto llegó cuando, en verano del 39, DC decidió darle al superhéroe su propio cómic. Con más de un millón de ediciones vendidas, Superman comenzaba a labrarse una leyenda que lo transformaría en un símbolo de esperanza para los estadounidenses.
Su nacimiento y eclosión coincidieron con un periodo histórico determinante: Hitler y las ideas sobre el superhombre nietzscheano sacudían a la opinión pública tanto en Europa como en los Estados Unidos y, aunque pronto el multipoderoso personaje se decantaría en contra del nacionalsocialismo germano y tomaría parte activa en el conflicto bélico desde su trinchera de papel y tinta, no cabe duda de que su creación responde a unas muy claras corrientes del pensamiento de aquella época. Según señala Rafael Marín en su estudio «Los cómics Marvel» (La Factoría Ideas, 2001), «Superman hizo más por el establecimiento definitivo de los cómics-books que todos los anteriores personajes juntos y en seguida traspasó las fronteras del medio para instalarse con éxito en los periódicos, la radio, el cine y la televisión».
En 1940, Superman adquirió gran celebridad en un serial radiofónico de gran audiencia en el que cobraron forma la mayoría de elementos que hoy definen su universo. Se fijó el nombre del periódico como «Daily Planet», apareció la kriptonita como talón de Aquiles del héroe y se fijaron muchos personajes secundarios. También, a raíz del programa, se impulsó la creación de una gran cantidad de merchandising basada en el personaje. Pocos años después se creó el serial de dibujos animados de los estudios Fleisher.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Superman se convirtió en el reflejo de la sociedad y era tan indestructible como los propios Estados Unidos. Aquella supuso una época dorada para el cómic, las ventas se multiplicaron y Superman asumió con orgullo su rol de icono norteamericano. Incluso se elaboraron varias colecciones paralelas, como «Superboy», en la que podemos ver la infancia de Clark Kent/Kal-El en su pequeña localidad de Smallville. Aunque quizás fue el cine el que le reportó mayor celebridad, gracias al serial producido por Columbia y protagonizado por Kirk Alyn.
Nuestro protagonista rebosaba entusiasmo, sobrevolaba los rascacielos siempre dispuesto a proteger al más débil. Pero su infantil discurso ético no tardaría en saltar en pedazos, al igual que el optimismo de la sociedad que debía preservar. En noviembre de 1963, una nueva entrega de Superman estaba a punto de entrar a imprenta. En aquellas viñetas se insinuaba una amistad entre el Hombre de Acero y la personificación del optimismo estadounidense, John Fitzgerald Kennedy.
La mañana del 22 de noviembre de 1963, una llamada telefónica provocó que las rotativas de la editorial DC se detuvieran para evitar la salida a la calle de aquella entrega: JFK había sido asesinado en Dallas. Estados Unidos volvió a sumirse en el pesimismo y héroes como Superman ya no tenían sentido.
Curiosamente, sería otro personaje de la DC el encargado de asestar la puntilla definitiva a nuestro protagonista: Batman.
En 1966 se estrenó la mítica y chispeante teleserie basada en el héroe de Gotham City y el apabullante éxito que obtuvo la convirtió en icono de la cultura pop. Superman fue relegado a un segundo plano y se tuvo que conformar con protagonizar el musical de Broadway «It's a bird! It's a plane! It's Superman!». A pesar de las buenas críticas, el espectáculo no funcionó y el héroe del planeta Krypton asumió su declive.
Desde ese instante, la peripecia existencial de Superman ha sido marcada por el auge y el declive propiciados por éxitos-desastres cinematográficos que no lograron mitigar la caída progresiva en las ventas de cómic de este personaje excesivamente indestructible y que derivó en la inteligente estrategia urdida por la DC en el año 93: eliminar a Superman. Titulares en todo el mundo, cartas implorando su resurrección... la «muerte» de este personaje captó la atención de medio planeta y propició un nuevo récord de ventas.
Hoy en día resulta muy difícil no asociar a Superman con el actor Christopher Reeve, un papel para el que se barajaron nombres como los de Charles Bronson, Robert Redford, Clint Eastwood o un impensable Muhammed Ali. El resultado de esta operación se saldó con cuatro películas que, con mayor o menor fortuna, forman parte de la iconografía popular gracias a escenas como la del giro del tiempo marcha atrás, la fortaleza de cristal, la extraña interpretación de Marlon Brando, unos villanos muy tecnopop y un detalle: Anette O'Toole -la actriz que interpretó a Lana Lang en «Superman 3»- interpretaría años más tarde a Martha Kent en la serie televisiva «Smallville».
Lejos de caer en el olvido, y a pesar de la fallida intentona que supuso «Superman Returns» -protagonizada por Brandon Routh y dirigida por Bryan Singer en 2006-, la nueva y esperada versión de Zack Snyder -autor que con anterioridad había adaptado para la gran pantalla los cómics «300» y «Watchmen»- titulada «El hombre de acero» se ha saldado con un gran éxito de taquilla en los Estados Unidos. Producida por Christopher Nolan -autor de la franquicia «Batman»- y guionizada por el prestigioso David S. Goyer, esta nueva creación incide en los elementos de la trama original y recrea el inicio de las aventuras de Superman en su intento por llevar a cabo una nueva y rentable franquicia.
En esta nueva reinvención topamos con un Superman adaptado a los nuevos tiempos, mucho más humano y enfrentando la vida sin la máscara del anonimato. «La idea de que el mundo ya sabe quién es y que se puede permitir ser quién es, por primera vez, lo vemos en la película. Es cierto que tiene códigos morales, pero también un conflicto interno increíble», ha señalado el actor encargado de darle vida, el británico Henry Cavill.
Sustentada en un espectacular muestrario de efectos digitales de última generación, esta superproducción cuya secuela ya está en marcha, cuenta con el respaldo de un reparto estelar que incluye, además del mencionado Henry Cavill, a Russell Crowe, Amy Adams, Kevin Costner, Diane Lane y Laurence Fishburne.
El estreno de «El hombre de acero» es uno más de los diversos capítulos que se sucederán a lo largo de este 75 aniversario que incluirá una nueva serie -»Superman Unchained»- creada por Scott Snyder y Jim Lee; videojuegos como «Injustice: Gods Among Us» y «Infinite Crisis» y una nueva película de animación titulada «Superman Unbound».