UDATE | crítica: clásica
El Haendel menos conocido, en la Quincena
Mikel CHAMIZO
La música de cámara de Haendel es la gran desconocida de su catálogo, en el que brillan con luz propia óperas y oratorios. Al Ayre Español, que en sus 25 años de historia ha prestado una especial atención a Haendel, presentó en el marco de la Quincena Musical sus “Sonatas Op.5”, una colección de siete trío sonatas para dos violines y continuo. Este último fue expandido a un clave, violonchelo, contrabajo y archilaúd, lo que aportó a las versiones una gran riqueza de matices tímbricos y un peso extra cuando fue necesario, como en el 'Bourrée' final de las “Sonata nº5”, tocada con un carácter muy folk.
El gran trabajo solista lo desarrollaron, claro está, los dos violines. Esta vez se optó por dar primacía el violín primero, tocado por un Alexis Aguado de desbordante expresividad, frente a un violín segundo que se mantuvo siempre en segundo plano, incluso en los numerosos momentos en que la música llamaba a su protagonismo. Aún así las versiones fueron excelentes, vivas y pasionales, lo que ayudó a recrear con fidelidad el carácter espontáneo que probablemente imprimía Haendel, grandísimo improvisador, cuando tocaba su propia música de cámara. Fue un monográfico generoso en contenido y duración, que nos permitió descubrir una música excelente y que clausuró con nota un Ciclo de Música Antigua que este año le ha salido redondo a la Quincena.