Diez años después de que Tirunesh Dibaba se convirtiera en la campeona más precoz del certamen, con 18 años y dos meses, la etíope ganó ayer su tercer título mundial en 10.000 metros y eso que las lesiones le impidieron acudir a Berlín'2009 y Daegu'2011. Tirunesh sigue siendo mucha Tirunesh, por eso sumó su quinto oro mundial y el octavo incluyendo las dos distancias largas de la pista entre Juegos Olímpicos y Mundiales.

Solo 19 atletas participaron en esta final directa liderada por una generosa liebre. La japonesa Hitomi Niiya tiró durante toda la carrera de Dibaba, Cherono -plata- Oljira -bronce- y Chebet, para que hasta bien pasado el noveno kilómetro las africanas permanecieran detrás pero al acecho. En la última vuelta Dibaba, inalcanzable, se fue.

La vigente recordwoman de 5.000 se ha limitado en Moscú a la distancia larga sin repetir el exigente doblete de Helsinki'2005 que también bordó en los Juegos de Beijing'2008. La eterna rivalidad con su compatriota Meseret Defar tiene la culpa y no vivirá su siguiente capítulo en Moscú. La federación etíope decidió dejar a cada una de ellas con una prueba para evitar malos rollos.

Tirunesh es la Kenenisa Bekele femenina. Ambos proceden del mismo pueblo, Bejoki, el origen de un par de dinastías capaces de acaparar gran parte del botín del medio fondo. Tirunesh Dibaba simpre ha tenido el atletismo en casa. Sus hermanas también corren. Ejegayehu ha hecho sus pinitos, mientras a Genzebe se le vio ayer fresca como una lechuga en las series del 1.500 en los que aspira al podio. Emparentada con la gran Derartu Tulu, está casada con Sileshi Sihine, subcampeón olímpico en Beijing y en el palmarés del Mugerza de Elgoibar.

20 kilómetros marcha

El país anfitrión se estrenó en el medallero con los 20 kilómetros marcha, una disciplina en la que nunca mejor dicho han creado escuela. Rusia es una potencia en el arte de los andarines y Aleksandr Ivanov le brindó su primer oro. Con 20 años sucede a su compatriota Valery Borchin, doble campeón en Berlín y Daegu que no pudo defender el título en su caso por lesión.

Ivanov venció en 1:20.58, seguido por Ding Chen (1:21.09) y por Miguel Ángel López (1:21.21) en condiciones duras por los 29 grados y un 45 por ciento de humedad, acrecentada por la cercanía del río Moscova. 64 marchadores daban vueltas a un circuito ante unos jueces tarjeteros con los hombres de cabeza, los que más arriesgan.

No se había cumplido la primera hora de carrera cuando al chino Zhen Wang le mostraron la roja por tres avisos cuando iba destacado. El medalla de bronce en los Juegos de Londres siguió para adelante, pero unos metros después otro juez le indicó la salida. Aún más dolorosa fue la descalificación del guatemalteco Erick Barrondo, subcampeón olímpico, a 3 kms de la llegada cuando marchaba segundo lo que permitió al murciano López subirse al cajón. Ding Chen, oro en Londres, fue el único de aquel podio que se salvó de la eliminación y lo celebró como si hubiera ganado.

Pértiga de ayer y de hoy

Yelena Isinbayeva salió a escena. No es para menos, la primera mujer en sortear los 5 metros, contribuyó con sus 28 plusmarcas, su impresionante palmarés y su peculiar puesta en escena a publicitar la disciplina. Se despide en casa. Las medallas que se cuelgan los atletas llevan su imagen. Así que el horario de la calificación estuvo en sintonía. Por la tarde, cuando las atletas están más despiertas y el estadio más lleno. La siberiana se clasificó como en los viejos tiempos y la final promete.

Hoy será la de los hombres. En su madrugadora calificación, Renaud Lavillenie cerró el trámite con un salto de 5,65 a la segunda. Resoplaba aliviado tras solventar un requisito que sin distinción de nivel tantas veces ha jugado malas pasadas. Después se abrazaba a su hermano Valentin, debutante en el Mundial. El mayor, que cumplirá 27 años en setiembre, busca el único título que le falta en el palmarés. El menor, con 22 recién cumplidos, saltará antes.

Entre los dos hay mucha complicidad y 33 centímetros de diferencia. Renaud lleva cuatro años mandando en la disciplina, mientras Valentin, que este invierno se elevó hasta los 5,70, está empezando su periplo internacional. El más experimentado habló por los dos: «¿Nuesto objetivo?, el oro para mí y un puesto entre los ocho primeros para Valentin». señaló. Si gana irá a por el récord de Bubka, bueno, de Serguei, ya que como los Lavillenie el plusmarquista también coincidió con su hermano Vassiliy en Stuttgart'93.