Mundiales de Moscú'2013
Un irlandés pesca en Rusia
Heffernan obtiene su primer título mundial en 50 kilómetros en el principal territorio de la marcha.
Miren SÁENZ
Robert Heffernan se adjudicó ayer la prueba más larga del programa atlético en 3 horas 37 minutos y 56 segundos, por delante del ruso Mikhail Ryzhov y de Jared Tallent, este un clásico en el podio que dio a Australia su primera medalla, un bronce.
Heffernan alcanzó a los 35 años el mayor éxito de su carrera deportiva con el que mete a Irlanda en el medallero de Moscú y le aporta el tercer oro mundialista de su historia tras los conseguidos por Eamonn Coghlan en Helsinki'1983 y Sonia O'Sullivan en Goteborg'1995.
Casualmente la mediofondista y Heffernan proceden del condado de Cork, un lugar donde prima la afición al hurling y al fútbol gaélico, como deportes nacionales, además de al fútbol y al rugby, donde sobresale el Munster, rival del Biarritz.
En el país de la marcha, un irlandés se atrevió no solo a retar sino a ganar la prueba predilecta de los rusos. Los 50 kilómetros son duros y están hechos a la medida de ese inmenso territorio de frío extremo que ayer recibió a los 60 andarines con 17 grados de temperatura y una humedad del 94%. Acabaron 46, ocho fueron descalificados y seis abandonaron.
Ivan Noskov y Mikhail Ryzhov, dos rusos sin palmarés, se destacaron desde el primer momento. Pero Heffernan tomó la cabeza del grupo en el ecuador y ya no la soltó. Primero con Sudol, el subcampeón europeo, después hacia el km 35 con Ryzhov. Cuando faltaban 10 kilómetros para la meta, el irlandés lanzó el ataque definitivo.
El oro es como el maillot amarillo, da alas. Heferman entró en el estadio Luzhniki con una inmensa sonrisa y una frescura poco habitual tras un esfuerzo semejante. En meta le esperaba su mujer, atleta de 400, y una bandera verde, blanca y naranja.
Cuarto en los Juegos de 2012 y también en el Europeo de 2010, el irlandés es conocido en Guadix de la época que entrenaba junto a Paquillo Fernández, luego sancionado, en el grupo del polaco Robert Korzeniowski.
De cuatro a dos
A 500 kilómetros de Moscú está Saransk, donde se encuentra la escuela que ha formado a los andarines más prestigiosos del planeta. Una cantera abundante y fructífera donde se preparan marchadores de la talla de Sergey Kirdyapkin, actual campeón olímpico y doble mundial -2005 y 2009- que ayer causó baja, oficialmente por lesión, o Sergey Bakulin, el último campeón, del que ya se conocía que no iba a defender su título. Sorprende el equipo ruso, que podía haber alineado a cuatro y se quedó con dos. La primera potencia de la marcha, donde sus representantes copan los tres récords, no pudo retener en casa los oros de las tres distancias que sí logró en Berlín'2009 y Daegu'2001. Dos veinteañeros Aleksandr Ivanov y Elena Lashmanonva se han colgado esta semana los del 20, mientras la plata en el 50 fue para Ryzhov, un debutante también de 21.
La caminata, un examen de resistencia, es la disciplina que mantiene a los repetidores más longevos. Jesús Ángel García Bragado, el madrileño de 43 años, concluyó decimosegundo su undécimo Mundial, veinte años después de que en Stuttgart se colgara el oro. De esta manera empata en número de participaciones con la fondista portuguesa Susana Feitor, ya retirada, que alternaba los 10.000 con la marcha. También es la disciplina de Mikel Odriozola, que esta vez vio su carrera por televisión y se sorprendió «por las buenas marcas logradas en Moscú, tras unos años en los que el calor las impidió».
La Federación Etíope de Atletismo ha pedido a Tiki Gelana, campeona olímpica de maratón, explicaciones por su abandono en la carrera que abrió el sábado el Mundial de Moscú cuando sólo había recorrido cinco kilómetros. Hubo más abandonos etíopes y temen que sea para correr un maratón más lucrativo en otoño.
Las series masculinas del 1.500 y femeninas del 5.000 han confirmado al keniata Asbel Kiprop y a la etíope Meseret Defar como favoritos en sus respectivas pruebas.
Entre vallas, milquis y obstáculos destaca en la tarde de hoy el concurso de altura, una disciplina estancada tras la retirada de Javier Sotomayor, que esta temporada ha reverdecido gracias a un ucraniano y a un qatarí de piernas interminables.
Bohdan Bondarenko se destapó el pasado mes en Lausana con un salto de 2,41 metros, una marca que no se veía desde hace 19 años. También Mutaz Essa Barshim ha superado los 2,40 esta temporada y el mundo del atletismo se frota las manos pensando que quizás después de 20 años hay fecha de caducidad para los 2,45 metros que el cubano estampó en las tablas. Ya lo intentó Bondarenko en el mitin de Londres, cuando después de franquear el listón en 2,38 pidió 2,47. A la pregunta de por qué dos centímetros más que el tope universal, el ucraniano respondió que 247 es el código de acceso a su portal y lo tiene grabado en la cabeza. La presencia de Ivan Ukhov amplía la calidad. Aquel chaval que en un mal día saltó borracho en la reunión de 2008 es ahora el actual campeón olímpico, uno de los mejores y compite en casa. M.S.