Resulta que todas las imágenes y vídeos que han proliferado por los informativos de todos los canales con el candidato noruego a la presidencia de su gobierno haciendo de taxista era un montaje con figurantes pagados. Nos dijeron que se trataba de una acción emprendida por ese señor para conocer la opinión de su posibles votantes, y claro, por lo que parece de manera universal, en un taxi, es en el lugar en el que los ciudadanos nos dejamos ir y hablamos del gobierno y hasta de la Pantoja si se tercia.

Podemos sacar unas cuantas conclusiones y casi ninguna nos aporta luz. Toda acción de o en campaña electoral es mentira o está manipulada. En este caso, además, no demostró ninguna espontaneidad, ni nada de ingenio. En ETB hace unos años y hace menos en La Sexta, han hecho programas con cámara oculta en la que el taxista intentaba confundir a los pasajeros. En este caso noruego, lo que veíamos era bastante limitado y seleccionado por la redacción de cada canal, pero nos intentaban colar la idea de que los ciudadanos noruegos no conocen a su presidente. Veamos, pensemos un poco: si tomo un taxi y lo conduce Iñigo Urkullu, es un suponer, ¿lo reconocería a la primera? No creo. A lo mejor si lleva el cuello del polo levantado, sospecharía. Seguro que llevaría puesta Onda vasca o su radio de cabecera y me daría alguna pista. No obstante si me habla con esa prosodia tan borona que tiene, lo pillo al segundo gerundio.

Según dónde se tome un taxi, la ideologización es absoluta, en ocasiones uno pude sentir algo de miedo, por la iconografía que acompaña al conductor, por la emisora de radio que tiene conectada y por sus opiniones violentas. De tal manera que es mejor hacerse pasar por coreano que por vasco. No sea que la liemos. Por cierto como estos días estamos mirando mucho a una de las puertas de la Audiencia Nacional, solamente uno de los citados el martes y trece acudió en taxi, aunque lo recogió otro coche. Los de más rango, las estrellas mediáticas, miembros de honor del Club de la Desmemoria, fueron o andando o en coche oficial. Y la María Dolores, había mandado por delante a sus cachorros para tapar a los que la increpaban.