Hace unos días hablamos sobre una permuta que se está llevando a cabo entre el concejo de Artaza y la empresa TEX. Ahora queremos enfatizar en el tremendo daño medioambiental que se provocará si finalmente se consolida esta permuta. Porque para que TEX construya las 24 viviendas en el terreno que le cambia al concejo, debe derribar la friolera de 300 encinos de los cuales solamente 3 o 4 árboles grandes deberían quedar en pie, debido a la protección que establece la ley sobre ellos. Pero ya conocemos otros casos en los cuales, «por accidente», caen los obstáculos que pueden estorbar en la construcción.

Pero el daño medioambiental va mucho más allá, porque se trata de un espacio que cumple una función muy importante por su ubicación, ya que este encinar se encuentra en una parcela de transición entre el ambiente urbano y el forestal. Además, si observamos detenidamente, podemos ver cómo los pies más añosos presentan algunos huecos en sus troncos, lo que supone la existencia de nichos ecológicos aptos para la presencia de especies faunísticas amenazadas, como quirópteros forestales o aves insectívoras e incluso rapaces.

Todo esto queda reflejado en el informe de valoración de la parcela, por lo que esperamos que tanto el concejo de Artaza como el Ayuntamiento de Ameskoa Baja entren en cordura y paralicen este proyecto.

Cuidemos nuestra tierra, es nuestra obligación.