El alegato del obispo José Ignacio Munilla contra la conferencia de alcaldes por la paz que se celebrará en octubre en Donostia le ha valido un aplauso de la AVT y de sindicatos policiales. Por contra, Sortu subraya la «falta de sensibilidad» que el prelado ha mostrado hacia «todas las vulneraciones de derechos humanos», al concederles diferente grado de importancia.

Joxean Agirre, coordinador de Sortu en Gipuzkoa, subrayó que con ello Munilla «solo responde a la visión ética y política de la extrema derecha de este país», de la que recordó que «ha asesinado, torturado y negado a la nación vasca durante las últimas ocho décadas, y es la misma Iglesia que paseaba bajo palio al dictador Franco. Esa es la Iglesia que representa Munilla».

La misma conclusión se desprende de los elogios dirigidos al obispo guipuzcoano desde la AVT e incluso sindicatos policiales. El SUP (Policía española) y la AUGC (Guardia Civil) sostienen que las críticas de Munilla a la conferencia de Donostia constituyen «una rectificación de lo anterior». José María Benito, portavoz del SUP, dijo que Munilla tiene razón porque «no todos somos iguales. Solo ha habido un tipo de violencia. Los demás somos víctimas». Para Juan Antonio Delgado, de AUGC, en cualquier caso la Iglesia llega tarde y «no tiene ningún mérito que apoye ahora a las víctimas. La Iglesia no es legítima, lo sería si hubiera estado ahí desde el principio».

Para Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT y una de las voces más asperas de la ultraderecha española, «es reconfortante y está bien» lo dicho por Munilla. Matizó, no obstante, que «no se puede hablar de paz porque en España no ha habido guerra, eso que quede muy claro».