«Jamás reemplazaremos a sus seres amados, y digo que lo lamentamos sinceramente», declaró ayer el presidente del consejo directivo de Lonmin, Ben Magara, ante los mineros y las familias de los muertos, con motivo de las ceremonias de conmemoración del primer aniversario del drama.

«Todos los días sentimos las consecuencias de esta tragedia», añadió ante miles de personas reunidas en los lugares donde se produjo la matanza, la peor de la historia sudafricana desde la caída del apartheid, en 1994.

«¡Tantas vidas perdidas! Eso no debería de haber ocurrido (...) como nación tenemos que aprender que no debería de haber ocurrido y que no debe volver a suceder jamás», añadió. «Estoy aquí para rendir homenaje a los colegas que perdieron la vida el año pasado y apoyar a sus familias», dijo poco antes un minero de 32 años que no quiso revelar su identidad y que lucía una camiseta verde con los colores de la Amcu, el sindicato organizador de las celebraciones, que inició la huelga del año pasado.

La prensa se refirió ayer ampliamente al drama en términos muy críticos. «La imagen de la Policía disparando contra los obreros en huelga, matando a 34 de ellos, nunca debió ocurrir en una democracia, bajo un Gobierno de la ANC, ex movimiento de liberación», escribió el diario «The Star», comparando la matanza de Marikana a las de la época del apartheid.

«Es un momento muy doloroso. Hace un año muchos de nuestros camaradas murieron y después no hemos visto alzas de salarios. Tenemos la impresión de que nuestros hermanos murieron por nada», opinó Christopher Duma, de 45 años.

El gobernante Congreso Nacional Africano optó por mantenerse al margen de estas celebraciones por considerar que algunos «se han aprovechado de una tragedia para su propio beneficio político».

A través de un comunicado, resaltó que «encuentra inmoral y totalmente inaceptable que un incidente tan traumático se convierta en un tema político».

El presidente Jacob Zuma pidió a los dirigentes empresariales y sindicales de la industria minera que resuelvan sus diferencias para evitar tragedias como la de Marikana.

Solo en el último mes, han muerto diez personas durante manifestaciones convocadas por mineros.