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Un libro y una caja con su discografía recuperan a Leño
Pablo CABEZA
Kike Babas y Kike Turrón son dos músicos y escritores inquietos y prolíficos que llevan más de dos décadas dedicados a iluminar con su linterna por todos los rincones de la escena madrileña. Ellos son los autores de «Maneras de vivir. Y el origen del rock urbano», cerca de trescientas páginas que sitúan a Leño en la historia, una historia contada por el trío y por numerosos nombres que van describiendo bien el entorno de aquellos años (78-83) o narrando experiencias vividas alrededor del nombre. Mediante este método de trabajo los Kikes (que fueron colaboradores del periódico bilbaino «El Tubo» y «Egin», además de publicar discos en GOR como King Putreak y The Vientre), consiguen un trabajo ilustrativo, profundo y de fácil lectura. Los Kikes son también los autores de biografías sobre Rosendo, Siniestro Total, Reincidentes, A Palo Seco o Los Enemigos. La pareja también ha participado en la elaboración de videoclips para grupos como Marea, Manu Chao, Barricada, Dikers, Boikot o Porretas. Además de documentales, relatos, guiones... En realidad, una vida dinámica y siempre por el lado alternativo de la escena.
«Tras mi servicio militar -explica Rosendo Mercado, Madrid, 1954- José Carlos [Molina] había hecho y deshecho Ñu [grupo que compartían los dos músicos antes de la creación de Leño] a su antojo. Incluso llegó un momento en que me decía que mis temas no los cantaba, que eran unos leños [de ahí saldría el nombre de Leño]. Yo ya vivía con Esther, en Carabanchel. Me casé en 1977, dos años después de la mili, y el viaje de novios fue una gala que teníamos en Sevilla al día siguiente. Ñu empezábamos a funcionar, dejábamos atrás las verbenas y nos centramos en componer. Teníamos un single y veíamos que estábamos en el camino», explica Rosendo en las primeras páginas del libro.
No obstante, Ñu no daba para excesos: «Comía del curro de mi mujer, que trabajaba en una oficina. Yo, cuando podía, trabajaba haciendo botas de vino, debajo de mi casa. El dinero se iba en el local de ensayo, cuerdas o la entrada para un amplificador. También trabajaba en un horno, colocando moldes en forma de bota, como si fueran condones, me dejaba las manos. El trabajo me daba cuartelillo, pagaban por horas, lo empecé con los Fresa, seguí con Ñu y estuve allí hasta los primeros tiempos de Leño», recuerda el brillante guitarrista.
Las páginas del libro continúan explicando las vicisitudes de Ñu contrastadas con diferentes opiniones. Se narran los diferentes líos entre discográficas y grupo. El recopilatorio «Viva el rollo volumen 2: rock del Manzanares» (1978) y con bandas como Cucharada, Asfalto... y unos tal Leño con «Este Madrid», es un avance de lo que será el rock urbano y ya presenta a Leño.
En la página 36 interviene Andrés Ochaita, de la discográfica Zafiro/Chapa, uno de los sellos referencia del rock macarrilla: «La primera referencia del sello (Chapa) fue Asfalto, luego Bloque, después Moris y tras eso llegaría Leño. «Aprendiendo a escuchar»/«Este Madrid» fue el primer single, nos fuimos a la Plaza del Mundo Nuevo, por la zona de El Rastro, a buscar urinarios y hacer la foto que se utilizó para la portada (...) Yo era fan, así que empezar a trabajar con ellos fue un placer».
Boni (antes de Barricada): «Los vi por primera vez en el salón de actos del colegio Salesianos de Pamplona. Este colegio estaba en la misma calle en la que vivía con mis padres. Creo que fue en 1979. Fui con colegas de aquella época, tendría 17 años, costaba 200 pelas. Leño estaba en boca de todos, su disco rulaba. En Iruñea se les cogió un especial cariño».
Alfredo (antes de Barricada): «Era un lugar poco habitual, un colegio de curas, que se utilizaba como cine. Estaba prohibido fumar, pero un concierto de Leño sin el cigarrito de la risa, como que no era lo mismo. Fui con mi mujer Juncal y con Patxi, un amigo inseparable de la época. Tendría 18 años. En los bares del casco viejo lo ponían a todas horas y en la emisora libre por excelencia en Pamplona, Radio Paraíso, sonaba mucho. Del concierto salimos flipadísimos y cuando conseguí algo de pasta me compré el elepé [se refiere a «Leño»]».
Txanpi (después batería de Hertzainak y Doctor Deseo): «Vi a Ñu, Cucharada, Bloque y Leño, en el polideportivo de Mondragón, sería le 79, aquí no existían festivales de rock, eran todos grupos de folk. Yo tenía un grupo de instituto en Oñate, Akiva MM, y aquel era un festi en el que los grupos de Madrid venían a darse a conocer. «El tren» y «Este Madrid» se oían mucho por aquí».
Brigi, de Koma, cuenta su experiencia «leñera» con 9 años. El Gran Wyoming recuerda que simpre toca «Maneras de vivir» y así decenas y decenas de diversas participaciones. Boni señala que Rosendo fue el productor de «Barrio conflictivo», el segundo de Barricada.
A la par se edita una caja con los cinco discos del grupo, unos más polémicos que otros por el uso de teclados, reggae, pop, más un DVD donde las imágenes, muy irregulares y casi de aficionado, son conciertos celebrados en Portugalete, Bilbo e Iruñea. A Leño se les puede ver pasando el puente Colgante de Portu alucinando y a Rosendo con una camiseta con el logo de «Nuklearrik? Ez, eskerrik asko». Curioso.