Regreso a Segunda A y primera kilometrada del año. Hasta Jaén, para enfrentarse a otro recién ascendido, se desplaza hoy el Eibar, con unos cuantos enemigos que combatir pero «con toda la ilusión del mundo».

Los azulgranas afrontan la competición con una preparación cortita -apenas cuatro semanas-, sin haber podido entrenar en su campo, que ha sido remodelado, y con las dificultades que tan bien conoce de sus experiencias previas, consecuencia de contar con el presupuesto más bajo de la categoría. A todo ello se le unirá mañana, además, un tremendo calor.

Pocos lamentos se oyen sin embargo en Ipurua. «El calor es igual para todos», recuerda Gaizka Garitano, con la misma tranquilidad con la que se refiere al salto de categoría, en la que muchos azulgranas, empezando por el técnico, debutarán. «El salto es grande. Hay más ritmo, más velocidad y, sobre todo, más calidad», explica el vizcaino, igualmente consciente de que «partimos como la cenicienta». Pero recuerda que «vamos a pelear en las mismas condiciones en las que lo ha hecho el Eibar durante tantos años, en los que se ha mantenido. Y vamos a apelar aquellas mismas virtudes, a suplir la inexperiencia con trabajo y compromiso... Competiremos con humildad pero sin temer a nadie». «En realidad -añadió-, aunque la dificultad sea mayor ahora, debemos seguir en la línea del año pasado. Porque en Segunda B también éramos un equipo humilde en nuestra forma de jugar. Corríamos todos mucho, apretábamos... las individualidades quedaban en un segundo plano en favor del colectivo».

Es probable también que el once que juegue en Jaén tenga mucho que ver con los del año pasado, aunque Garitano tiene todavía dudas con el estado físico de algunos jugadores. Esta mañana realizarán una última prueba antes de viajar.