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UDATE | BILBOKO ASTE NAGUSIA

El Gastronómico tiene un relevo entusiasta

Dos centenares de Txikis demostraron ayer en la Escuela Infantil de Cocina, que organizó Bilboko Konpartsak con la colaboración de Makilaren Kofradia, que hay relevo asegurado en el prestigioso Certamen Gastronómico de Aste Nagusia.

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Agustín GOIKOETXEA

No hizo falta que sus mayores les empujaran a participar y menos que les recomendaran los ingredientes a emplear en la elaboración de sabrosas ensaladas. Su ingenio les sirvió para confeccionar platos que hicieron relamerse a más de uno con una simple mirada. Los txikis sorprendieron no solo a sus allegados, sino también a comparseros y cocineros que estuvieron a su lado para resolverles cualquier problema, que fueron en su mayoría logísticos. Los pequeños botellines de aceite, por ejemplo, se resistían a abrirse.

«Es la primera vez que lo hago pero me ha gustado», fue la frase más repetida por las niñas y niños que se pusieron el mandil y se enfrentaron, para empezar, a la expectación que se generó en torno a la carpa donde se desarrolló y a los numerosos medios de comunicación que acudieron a cubrir esa actividad festiva en una mañana lluviosa en el Botxo.

«No hay que ayudarles, se valen ellos solos», insistía una y otra vez el cocinero Aitor Elizegi, una de las caras habituales en el Gastronómico. Quien fuera pregonero en 2008, dio pocos consejos y tuvo más trabajo en el reparto de los ingredientes debidamente cortados por un pelotón de comparseros o atendiendo a los periodistas.

Con lechuga, cebolleta, pulpo, txaka, gulas, tomate, mejillones, pimiento y gambas, los chavales fueron componiendo sus platos mientras algunas madres, a voz en grito, no cesaban de tratar de orientarles sobre la cantidad de uno u otro ingrediente por el que debían optar. «Dejarles a ellos que se expresen, no les presionéis», repetía una y otra vez por la megafonía Iñaki Astoreka, de Hontzat, en una batalla perdida de antemano.

Lo cierto es que el arte de algunas y algunos de los participantes sorprendió, como el empeño de otros por que no cayera en su plato ni una pizca de cebolleta, uno de los ingredientes «malditos», como el pimiento. Más adeptos tuvo el tomate o la lechuga, aunque escaseó para los últimos participantes dada su gran demanda. La mayoría optó por las gulas como ingredientes estrella, acompañado por la txaka, y a partir de ahí las combinaciones fueron múltiples según el pequeño cocinero que estuviese delante del plato.

Ante la insistencia de los periodistas, hubo alguno que manifestó que no lo había hecho nunca aunque tenía de quien aprender o fijarse «por que mi padre es cocinero», confesaba después de dejar a un lado la timidez inicial.

En medio del trajín, se trataban de aclarar dudas gracias a la presencia de Elizegi. Por ejemplo, al afamado cocinero se le preguntó acerca del orden a la hora de aliñar la ensalada. No estableció una férrea preferencia. «Buen aceite, vinagre y sal», contestó, pero ante la insistencia repitió: «Aceite, vinagre y sal con mesura. El resto depende de los gustos de cada cual».

Desbordados

Despachado el primer turno, se procedió a dar entrada a los del segundo, aunque hubo que ampliarlo pues eran decenas los txikis que, agolpados junto a la valla, aguardaban a entrar en el recinto para demostrar que ellos también era capaces de preparar una ensalada rica, rica. A la salida, cada pequeño cocinero recibió como obsequio el delantal y una bolsa por gentileza de Mercabilbao. El mercado central de abastos aportó los productos para esta escuela infantil de cocina, apoyando la iniciativa de las comparsas.

Iniciativa que busca salvaguardar la cultura gastronómica popular entre los más pequeños y que ha calado, por lo que sus promotores no ocultaron su satisfacción. Kepa Freire, director del Certamen Gastronómico, estaba contento y se atrevió a aventurar nuevos retos. «Se puede dar un salto; por ejemplo, podríamos cocer unos bonitos o plantear que frían un huevo con cierta supervisión. Es plantearselo. El único hándicap es el espacio físico. Bajo está carpa, en un día como este [estaba lloviendo y se acababa de anunciar la suspensión del concierto de la Banda Municipal] no se puede hacer más», señaló el guisandero mungiarra.

Freire resaltó el nivel que ha adquirido el Gastronómico, en el que las comparsas invierten 40.000 euros aproximadamente. «Son siete días de actividades y, viendo la transcendencia que tiene en la ciudadanía y en los medios de comunicación, podemos decir que están bien invertidos», añadió Pedro Prieto, de Moskotarrak, otro de los comparseros vinculado a estas actividades.

A partir de hoy, les toca a los mayores, que se estrenan con la tortilla de patata, que es a su vez Campeonato de Euskadi. Le seguirán en días sucesivos los txipirones, bacalao a la vizcaina, bacalao al pil-pil, marmitako y guisado de rabo.

 

 

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