Miguel Ángel Nuñez | director del instituto universitario latinoamericano de agroecología «paulo freire» venezuela
Efectos «mariposa» en la corrupción venezolana
Apunta el autor que el germen de la corrupción se da en las «múltiples ganancias» que se llegan a obtener por los «mecanismos de especulación» generados por el sistema capitalista, que «arrastra con todo y con toda condición de clase social establecida». Miguel Ángel Nuñez centra el artículo en el fenómeno de la corrupción en Venezuela, donde, sostiene, muchas instituciones nacidas del proceso revolucionario han sido «desnaturalizadas» y «maltratadas» por «charlatanes y oportunistas». A este respecto, recuerda las palabras del presidente Nicolás Maduro afirmando que el fenómemo de la corrupción frena los procesos de cambio y debe ser combatida «caiga quien caiga».
Toda sociedad, familia y persona exige bienestar, progreso y felicidad. Estas condiciones se obtienen en la medida que son satisfechos sus múltiples deseos de compras. Tengo más dinero y puedo adquirir más bienes, insumos, artefactos, vestidos, licores, recursos, servicios e incluso podemos comprar consciencias, ideales y sentimientos.
Así llegamos a distorsionar nuestros valores ético-formativos, de forma tal que sostenemos una vida enteramente superficial y artificial, la cual nos obliga e induce a justificar y concebir la sobreproducción y el sobreconsumo entre nuestras relaciones sociales y económicas. ¡Debemos producir más, para comprar más y socialmente destacarnos más! Aún, desviando nuestra capacidad «de compras». Nos endeudamos sin tener posibilidades de cumplir con nuestros compromisos de pago. Cuando ello ocurre, urge acudir a otros medios de ganancias de dinero, fáciles y rápidos. Generalmente, emerge la corrupción.
El buen germen de la corrupción-corrupto se da en las múltiples ganancias que se llegan a obtener, por los tantos mecanismos de especulación que el sistema capitalista nos ha creado. Sistemas de financiamientos, cuotas balón, créditos, pirámides financieras, comisiones, aranceles adulterados, divisas por sobre precio, bolsas de valores, casinos, juegos de azar, bonos de diferentes nominaciones, seguros de todo tipo contra todo riesgo, diversidad de impuestos, normas, leyes, que en alguna medida se crean pero que son evadidas a favor de la ganancia, la usura, la especulación, la escasez, acaparamiento, sobreprecios y desmedidos lucros.
Los corruptos podrán desaparecer pero el andamiaje del sistema de corrupción capitalista difícilmente desaparecerá. El sistema capitalista se autodestruye, es y será insustentable. No tiene reparo para respetar los límites de los recursos naturales de la biósfera del planeta Tierra. Arrastra con todo y toda condición de clase social establecida. En especial se traga y carcome a los más desposeídos y excluidos. Incluso, en el afán de competencia y protagonismo para escalar condiciones sociales, también se saltan las normas y condiciones éticas que mitigan las diversas acciones jurídicas, sociales, ambientales que vayan a favor de la ley de la conservación de la vida.
La corrupción-corrupto en Venezuela nos domina, gana terreno y se impone su característica interpersonal, con un despliegue de carácter neutral y no ético; el corrupto venezolano se comporta de manera bi-conceptual . Su viveza-boba estriba en lo posible en no comprometerse, ni en proteger y resguardar a nadie, incluso no hay institución pública y privada que valga. Muchas instituciones nacidas en el proceso revolucionario han sido desnaturalizadas, maltratadas y erróneamente manejadas, por charlatanes y oportunistas, quienes han incubado la cleptocracia, la ineficacia y el atraso, la desinformación e ignorancia como otros tantos gérmenes de la corrupción-corrupto.
El corrupto pierde y desdibuja su sentido de pertenencia; afianza su carácter individual y egoísta. Salvo algunas excepciones la corrupción-corrupto puede corresponderle a su célula social involucrada en su proceso de corrupción.
Otra de las consecuencias perversas de la corrupción-corrupto son los efectos «Mariposa» (causa-efecto-causa) que se instalan en nuestros entornos sociales, efectos que modulan la institucionalización de la corrupción y que la diputada Blanca Eekhout se lo reclama a la oposición política venezolana, en su insistencia de mantener el formato de desestabilización social y económica, el cual, por varias vías, empuja las formas de la corrupción-corrupta: Fabricación de mentiras y manipulación de consciencias electorales; recepción y administración de los fondos del narco-lavado; malversación de recursos financieros, servicios y bienes del Estado; ultraje y malogramiento por orgías con menores de edad; agravios e injurias contra la diversidad sexual; burlas y tergiversación de verdades a través de la industria comunicativa del rumor, arraigando la confusión social y colectiva.
En fin, pare usted de contar las otras condiciones que se conocen y se entrecruzan; se entrelazan en la compleja gama de interrelaciones que la corrupción-corrupto nos atrae y que sabemos han permeado a sectores del devenir revolucionario venezolano, como es el caso del fondo chino y el blanqueo de dineros con sectores de la oposición política venezolana, que exigimos se devele y se aclare. Es claro que la oposición política de nuestro país seguirá utilizando la corrupción-corrupto como su máxima expresión política, en la medida que la institucionalidad venezolana la siga manteniendo impune, la retroalimente y se autosabotee.
Como bien lo ha venido enfatizando el presidente Nicolás Maduro y quien ha pedido poderes especiales para combatir el flagelo corrupción-corrupto. Nos afirma: la corrupción frena los verdaderos procesos de cambio y transformación que la sociedad venezolana está requiriendo, por ello «debemos combatirla, caiga quien caiga».
Para el combate necesario que debemos dar frente a la corrupción-corrupto, una condición revolucionaria que cada quien puede asumirla y que en los actuales momentos se debate entre los movimientos sociales en especial los agro-ambientalistas (y más cuando confrontan el tema de la «escasez de los recursos naturales»), es el concepto de autocontención o autolimitación, que el filósofo ecólogo Jorge Riechmann lo ha venido trabajando en sus tantos escritos y que lo traemos a la reflexión por lo pertinente y alusivo al tema de la corrupción. Como se ha afirmado, si bien es cierto que en la corrupción-corrupto, va implícito un ejercicio de poder en el otro u otros, dice Riechmann, (2012-31) «... pero si en un ejercicio de reflexividad guiado por valores de la compasión, trato de dominar no al otro, sino mi relación con el otro, si trato de dominar mi dominio, de autocontenerme, se abren impensadas posibilidades de transformación. De verdadera humanización para muchos de esos inmaduros homínidos que aún seguimos siendo».
Esta medida «de autocontención» también se acopla con otras consideraciones éticas y morales, que permean nuestro proceso de transición revolucionario; sintetizado en el legado que nos proporcionó nuestro comandante eterno Hugo Chávez (II Plan Socialista Programa Patria 2013-2019). Es desde allí donde, estamos convencidos, se encuentran los reales fundamentos de nuestra nueva ética ecosocialista, la cual se constituye en la idónea artillería de pensamiento de ideas y acciones colectivas frente a los efectos mariposa que la corrupción impone en Venezuela.
© Alai-Amlatina