Una delegación japonesa compuesta por diputados de varios partidos, funcionarios de la Cámara Baja y de Asuntos Exteriores, y miembros de la embajada nipona -encabezada por su máximo representante en el Estado español, Satoru Satoh- visitó ayer Bilbo con la intención de «estrechar lazos» entre ambas realidades y «aprender de la transformación de esta villa para poder aplicar esos cambios en la economía de Japón», tal y como explicó el diputado del Partido Liberal Demócrata (PLD), Tsuyoshi Takagi.

El propio Takagi explicó que en la víspera habían estado visitando los márgenes de la ría bilbaina y los antiguos astilleros de Euskalduna, por lo que pudieron «apreciar de primera mano de la metamorfosis que ha sufrido la ciudad, de ser una ciudad industrial, donde predominaban las fábricas, a una ciudad completamente diferente, donde el sector servicios ha crecido mucho en esta última década».

Los representantes japoneses afirmaron que esa transformación, ese cambio, es el que pretenden aplicar en un país que «ahora que se encuentra en una difícil situación económica».

Antes, el alcalde en funciones Ibon Areso no escatimaba en flores para los visitantes, asegurando que «lo que hace grande a una ciudad es la preparación de sus gentes, tener personas válidas, y en eso Japón es todo un ejemplo». Por ello, se mostró convencido de que este viaje servirá para «estrechar lazos».