El proceso contra el dirigente chino caído en desgracia Bo Xilai terminó ayer con la demanda por parte del fiscal de una pena severa «por hechos extremadamente graves» y que el acusado ha rechazado reiteradamente. «Se ha declarado no culpable (...) y ninguna circunstancia atenuante permite pedir para él una pena atenuada», señaló el fiscal en una retransmisión de la vista difundida a través de internet. El juicio quedó visto para sentencia en una fecha no precisada, anunció el tribunal de Jinan (este). Los expertos auguran que será condenado a una larga pena de prisión.